Patria Vieja: Batallas libertadoras 1813 - 1814 |
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A comienzos de 1813 un ejército de 4 mil hombres formado en Chiloé y Valdivia por orden del virrey del Perú y colocado al mando del brigadier Antonio Pareja, inició desde Concepción la primera ofensiva contra los patriotas. El 27 de abril las tropas realistas se encontraban al norte de Linares, en la localidad de Yerbas Buenas , cuando fueron sorprendidas por una avanzada patriota, la que les infligió una grave derrota.
Enormes consecuencias tuvo el triunfo patriota de Yerbas Buenas sobre los realistas, que atemorizados de ser totalmente derrotados, se negaron a continuar el avance sobre el Maule. Esta resistencia de los soldados y el empeoramiento de las condiciones climáticas, obligaron a Pareja a tomar el camino de regreso a Chillán para invernar allí y emprender en primavera su campaña sobre Santiago. Enterados los patriotas del retiro de los realistas, iniciaron su persecución para obligarlos a capitular. Todo parecía favorecerlos: su número se había incrementado en unos 10.000 hombres; en cambio, los realistas habían sufrido importantes deserciones, quedando reducidos a menos de 2.000, pero contaban con la ventaja de poseer tropas más disciplinadas y de mayor experiencia. El 4 de mayo, les dieron alcance en la localidad de San Carlos , pero sufrieron una seria derrota, pudiendo los realistas entrar a Chillán donde se acuartelaron y permanecieron allí el resto del año, resultando fracasados todos los intentos patriotas por conquistar esa ciudad. El sitio de esta ciudad fue un verdadero desastre para los patriotas a causa del rigor del invierno. Suspendido el sitio, el grueso del ejército al mando de Carrera fue sorprendido una noche en El Roble ; pero la derrota fue convertida en victoria gracias al valor de don Bernardo O'Higgins . Un nuevo jefe español, el brigadier Gabino Gaínza, llegó con refuerzos y entró en Chillán, dispuesto a dar nuevo empuje a la guerra. Mientras tanto, Carrera fue removido del mando del ejército y en su lugar fue designado O'Higgins. El nuevo jefe ordenó la reconcentración del ejército en las inmediaciones de Chillán y después de algunos combates, pudo disponer de la totalidad de sus fuerzas. Los dos ejércitos rivales iniciaron una marcha paralela hacia la capital, hasta que O'Higgins logró adelantarse al norte de Talca y cortar el camino a los españoles. La inútil y desastrosa prolongación de la guerra llevó a los jefes rivales a firmar el Tratado de Lircay, que concertó una tregua, el reconocimiento de la soberanía de Fernando VII y la mantención de las autoridades criollas en Chile. Sin embargo, esto no era más que un recurso dilatorio, ya que ambas partes se preparaban mejor para seguir la lucha. Mediante un golpe de audacia, José Miguel Carrera se apoderó nuevamente del gobierno del país y estaba a punto de estallar la lucha con el ejército de O’Higgins (Ver Tres Acequias ), cuando la llegada a Concepción de una nueva expedición española, al mando del brigadier Mariano Osorio, produjo la reconciliación de los jefes patriotas para enfrentar al enemigo común.
O'Higgins se encerró en la plaza de Rancagua en espera de la división de José Miguel Carrera y allí soportó, durante el 1 y 2 de octubre de 1814, el asedio abrumador del ejército español. La resistencia fue inútil, y con sus tropas ya muy disminuidas, O'Higgins se abrió paso entre los asaltantes y se retiró a Santiago. Aquella era la derrota definitiva y no quedó a los restos del ejército patriota más que cruzar la cordillera con la esperanza de rehacerse. Así terminaba en Chile el período llamado de la Patria Vieja (1810-1814), cuando estas batallas tienen lugar.
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