Cuaresma |
Cuaresma: un tiempo de preparación intensiva a la Pascua de Resurrección;
es un itinerario que lleva al cristiano a celebrar y vivir la Pascua del
Señor.
No se trata de una celebración independiente, sino que se ordena a la
preparación de la celebración de la Pascua. La Cuaresma hay que verla
a la luz del Misterio Pascual.
* Es tiempo fuerte de evangelización para llevar al Bautismo a los no
cristianos y a la superación evangélica a los bautizados.
Son cuarenta días, recordando los muchos acontecimientos bíblicos que
nos hablan de este número: los cuarenta días de ayuno de Jesús en el desierto;
los cuarenta años que el Pueblo de Dios pasó en el desierto; los cuarenta
días que Moisés transcurrió en el Monte Sinaí; los cuarenta días de marcha
de Elías para llegar al Monte Horeb.
Se cuentan a partir del Miércoles de Ceniza hasta antes de la Misa vespertina
del Jueves Santo. Durante este tiempo no se canta el Aleluya ni el Gloria
en las Misas. Se dividen en 1° al 5° Domingo de Cuaresma y el 6° se llama
Domingo de Ramos o de la Pasión del Señor. Los ornamentos del altar y
la vestidura del sacerdote son color morado.
En las primeras comunidades cristianas la preparación prebautismal (catecumenal),
era intensiva y se dirigía también a los otros sacramentos de iniciación
-Confirmación y Eucaristía-, que se acostumbraba recibir durante la Vigilia
Pascual. Esa preparación pretendía todo un proceso de transformación integral
y profunda de la persona a la luz de la palabra de Dios. Era durante el
tiempo anterior a la celebración de la Pascua que se inscribían y seleccionaban
los candidatos a recibir el Bautismo, que habían estado estudiando ya
fuertemente la doctrina cristiana y que se sometían a escrutinios para
purificarse y protegerse contra las tentaciones y para rectificar la intención
y mover la voluntad. Con estos fines el sacerdote oraba sobre los catecúmenos*.
(*) Se les llama catecúmenos a las personas que están recibiendo preparación
para recibir el bautismo y la confirmación.
La disciplina penitencial, se ejercía, naturalmente para los bautizados.
Se trataba, en la mayoría de los casos de una disciplina muy rigurosa
que se imponía a los que habían caído en pecado, con el fin de recuperarlos,
mediante actos de purificación, que los preparaban a la reconciliación
con Dios y con la Iglesia.
El Miércoles de Ceniza, señalaba el inicio de la penitencia pública correspondiente
a cada tipo de pecado, la penitencia continuaba por cuarenta días y consistía
en ayunos, abstinencias, limosnas, hábito penitencial.
Se pedía mayor oración, sacrificios y ejercicio de la caridad. Igual que
hoy, el tiempo de la Cuaresma era un tiempo fuerte de oración, penitencia
y ayuno.
Hoy, la Cuaresma es básicamente lo mismo, sólo se ha profundizado más
en su sentido. La Cuaresma se ve como un camino que conduce a la Pascua,
a través de:
Un llamado a la conversión, que llena el espacio de las primeras dos semanas,
en las que las lecturas dominicales propician la respuesta del hombre,
para que revise su vida y busque la forma de cambiarla, viviendo según
el criterio del Evangelio de Cristo.
Nos invita a profundizar nuestra fe, escuchando la Palabra de Dios. Es
tiempo privilegiado para la instrucción de los cristianos, mediante la
meditación, ejercicios espirituales y cursos especiales de evangelización.
En nuestra parroquia se ofrecen varias tandas de Ejercicios Espirituales
de acuerdo a la edad y situación de las personas, te invitamos a checar
el calendario.
Nos invita a una particular purificación e iluminación, mediante la práctica
del sacramento de la Reconciliación (Confesión) y la mayor frecuencia
al sacramento de la Eucaristía.
Miércoles de Ceniza
Marca el inicio de la semana santa. Los católicos tenemos una tradición
que recuerda las antiguas costumbres del pueblo hebreo. Cuando se sabían
en pecado o cuando se querían preparar para una fiesta importante en la
que debían de estar purificados, se llenaban el cuerpo de ceniza y se
vestían con un saco de tela áspera. Esto era, por un lado, para recordar
la pequeñez del hombre que procede del polvo y al polvo volverá; y también
para hacer sacrificio (mortificando al cuerpo) en señal de que se reconocían
pecadores y que deseaban, por medio de esa penitencia externa, manifestar
su deseo de arrepentimiento y perdón de parte de Dios.
Ahora, acudimos al templo para que se nos imponga un poco de ceniza en
la frente al iniciar la cuaresma -tiempo de preparación para la más grande
fiesta que es la Pascua- . Los significados son básicamente los mismos:
reconocernos pequeños, pecadores y con necesidad del perdón de Dios. Esto
es solamente un signo que debe expresar lo más importante, que es la actitud
interior de arrepentimiento y deseo de convertirnos a Dios, viviendo según
su voluntad. Vivimos otros signos de penitencia a lo largo de toda la
cuaresma, como son el
ayuno y la abstinencia
, con el mismo deseo
de que Dios nos dé su gracia para lograr la conversión y vivir plenamente
la gran fiesta de los cristianos, que es la Pascua.
El Miércoles de Ceniza es un llamado a la conversión; Juan Bautista predicaba
al Pueblo, hablando del bautismo y de la conversión para alcanzar el Perdón
de los pecados (Marcos 1, 1-4). Jesús predica: El plazo se ha cumplido.
El Reino de Dios se ha acercado. Tomen otro camino y crean en la Buena
Nueva (Marcos 1,15).
Conviértete y cree en el Evangelio
: llamado a convertirnos cada
uno, a nivel familiar, a nivel de grupo de amigos, a nivel de comunidad.
La Celebración de la Ceniza, no es algo meramente individual, sino que
es una celebración comunitaria y eclesial. Es un llamado a convertirnos
como Comunidad cristiana y como Iglesia.
Convertirse es volverse a Dios, reconocer nuestros pecados y querer cumplir
la Voluntad de Dios y comprometernos.
El Miércoles de Ceniza es una celebración de Fe. Pero la Fe no solamente
consiste en creer con la cabeza sino en entregarse con el corazón y con
la vida.
Normas sobre el ayuno y la abstinencia
Originalmente, ayunar se refiere a no comer alimentos sólidos, ordinariamente
se prescribe el ayuno para un día completo y la abstinencia se refiere
a dejar de comer cualquier tipo de carnes.
1. El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, son días de ayuno y abstinencia.
2. Todos los viernes de Cuaresma son días de abstinencia de carne.
3. Sujeto de la ley del ayuno y la abstinencia:
- Abstinencia de carne: todos los que han cumplido 14 años. La ancianidad,
por sí sola, no exime de esta ley de abstinencia.
- Ayuno: todos los que han cumplido 18 años, hasta el comienzo de los
sesenta.
Lo más importante al hacer este tipo de prácticas es darle su sentido
verdadero: por una parte someter la voluntad para fortalecerla con virtudes
como la templanza, la sobriedad y la humildad y por otra, favorecer el
ejercicio de la caridad, pues todos los sacrificios que se hacen deben
apuntar a hacer un bien o un servicio al prójimo y a toda la Iglesia.
Hacer sacrificios y penitencia por costumbre o porque todos lo hacen,
no tiene sentido y no favorecen el crecimiento del hombre, que en conclusión
es lo que se pretende.
Ver también:
http://www.mexconnect.com/MEX/paraiso/tradiciones.html
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