Gobierno de Manuel Montt (1851 - 1861)

El 18 de septiembre de 1851 asumía, en el inaugurado Palacio de la Moneda, el nuevo Presidente de la República don Manuel Montt Torres. instruido en el Instituto Nacional, se graduó en de abogado y fue durante cinco años su rector (1835-1840). En 1840 llegó a la Cámara de Diputados, y en el mismo año, el general Prieto lo llamó al Ministerio del Interior. Además estuvo a cargo de la ins­trucción pública, donde vio fundar la Escuela Normal, la de Artes y Oficios y la Universidad de Chile.

Entre sus obras más importantes destacó el deseo de "dar salida al mar a la zona agrícola más rica de Chile". para ello se construyó el ferrocarril Santiago – Valparaíso y Santiago al sur. Durante este decenio se pudieron terminar los tramos Valparaíso – ­Quillota y Santiago – Rancagua. Del mismo modo y con el propósito de generar la previsión de los sectores medios y obreros de la población,  se creó la Caja de Ahorros. Para mejorar el desarrollo agrícola se fundó la Caja de Crédito Hipotecario (1856). Además el primer banco fue fundado en esa época.

Una medida importante en este sector fue la eliminación del diezmo , impuesto colonial de origen eclesiástico que percibía el Estado para ayudar al presupuesto de la religión católica,  y que afectaba directamente a la agricultura. Se le reemplazó por un impuesto sobre la producción de cada bien raíz. Del mismo modo, con el fin de favorecer la división de la propiedad rural, se liberó del pago de alcabala. Fue el prototipo de una reforma agraria.

Se contrató en Londres un préstamo por siete millones de pesos oro, el cual debía destinarse especialmente a impulsar las obras públicas, en especial los ferrocarriles. Se abolieron los mayorazgos definitivamente, debido a que imposibilitaba el reparto de las propiedades y significaba un privilegio en favor de uno sólo de los herederos de un hombre pudiente. De ahora en adelante se convirtió en un tributo, es decir, era un interés determinado sobre la propiedad heredada, que iba a favor de la persona en cuyo provecho se hallaba establecido el vínculo.

Se estimuló la colonización de Valdivia, como también las regiones de Llanquihue, en donde se fundó la ciudad de Puerto Montt. Por otro lado, se termino en Santiago la Penitenciaría, se edificó la Casa de Orates, y se inició la construcción del Palacio del Congreso.

Política educacional

Entre los años 1851 y 1861 se establecieron en el país más de quinientas escuelas públicas, las que se agregaron a las que existían, otorgando una educación a más de cuarenta y cinco mil niños. En tal ámbito, la Sociedad de Instrucción Primaria, fundada en 1856, cumplió un rol de primer orden. Creó, a su vez, la Escuela Normal de Preceptoras y mejoró en forma considerable la de Preceptores, lo que se suma a la construcción de bibliotecas populares. Junto a la enseñanza primaria se desarrolló la enseñanza práctica. A las escuelas de Artes y Oficios y de Agricultura se añadieron otras de Minería en Copiapó y de Comercio en Quillota, como también la Escuela de Sordomudos, que fue creada en Santiago para los discapacitados en el oír.

La enseñanza secundaria vio como el Instituto Nacional fue ampliado. Los liceos de Chillán y Valdivia se agregaron a los ya existentes, hasta completar el número de diez. La educación universitaria o superior recibió también un impulso similar. Se introdujo el estudio científico de la Economía Política. Para ello se contrató al profesor francés Courcelle–Seneuil,. Domingo Faustino Sarmiento, en tanto, primer director de la Escuela Normal de Preceptores, publicaba "La Educación Común". A su vez, Miguel Luis Amunátegui, publicaba "De la Instrucción Primaria en Chile; lo que es y lo que debería ser", notable tratado pedagógico.

La cuestión del sacristán

Las relaciones que la Iglesia mantenía con el Estado fueron abruptamente suspendidas. Un sacristán de la Catedral fue expulsado del servicio, lo que motivó una discusión el cabildo eclesiástico. Dos canónigos opinaron que no, y la mayoría opinaba en contrario, por lo cual fueron suspendidos con la venia del arzobispo. Ante ello, entablaron apelación a la Corte Suprema. Este tribunal cambió la sentencia de suspensión. El arzobispo protestó ante el gobierno de tal resolución, señalando que la autoridad civil no podía entrometerse en asuntos eclesiásticos. El efecto final determinó, más que la sumisión de los canónigos, el quiebre entre el Ejecutivo y el jefe de la Iglesia.

Los problemas políticos

En el plano interior, se acusaba al Presidente de exceso de desconfianza contra los ciudadanos que no se mostraban partidarios a su política. En cierto modo, el Presidente Montt adoptó durante su gobierno medidas extremas para apaciguar las mínimas manifestaciones en su contra. Las "facultades extraordinarias", fueron usadas muchas veces. A su vez, el Presidente y sus consejeros creían que el país, por su escasa cultura e ignorancia general, sentían que no estaba aún preparado para el ejercicio del gobierno representativo en todo su esplendor.

La oposición en 1857, fue denominada "Conservadores reaccionarios" o "Ultra­montanos", en donde se encontraban antiguos pelucones y ricos terratenientes, los cuales se sentían indignados por la disolución del mayorazgo y por el problema en que se había visto envuelto el Ejecutivo con el arzobispo de Santiago.

El poderoso Partido Conservador se dividió en una fracción intransigente, de acuerdo a sus principios políticos y religiosos, y  en una fracción moderada, dispuesta a aceptar las ideas del liberalismo, y sobre todo a mantener el poder del Estado sobre la Iglesia. El grupo conservador intransigente se unió al Partido Liberal. Pipiolos y pelucones se situaron por primera vez juntos, constituyendo la fusión liberal–conservadora (" coalición ").

Esta situación llevó a una parte del Partido Liberal y del Partido Conservador –la más moderada y conciliadora– se unieron para solidarizar con el Presidente; Liberales y conservadores moderados formaron en 1857 el Partido Nacional , el que sostenía "libertad dentro del orden". Sus adversarios lo denominaron montt-varista , ya que era liderado por Antonio Varas, el Ministerio del Interior de Montt. Antonio Varas, nació en Cauquenes en 1817. Egresó del  Instituto Nacional, llegando a ser profesor e inspector, donde entabló con Montt una amistad estrecha.

A pesar de ello, Varas mantenía fuertes resistencias, concentrando todas las iras de la oposición. La fusión liberal-conservadora lo combatía, debido a que representaba la continuación del sistema de gobierno dominante.

Revolución de 1859

En oposición a su candidatura los "fusionistas" prepararon y ejecutaron la revolución de 1859. En la estimulación de la rebeldía destacaron los hermanos Manuel Antonio y Guillermo Matta y los hermanos Justo y Domingo Arteaga Alemparte. Se realizaron en el Club de la Unión varias reuniones con el objeto de formar opinión para el cambio.

Para impedir las reuniones en dicho club y demás ciudades de Chile, se promulgó un decreto por el cual se declaraban en estado de sitio las provincias de Santiago, Valparaíso y Aconcagua. La lucha armada se veía venir. En enero de 1859 estalló la revolución en Copiapó y luego en San Felipe, Talca, Talcahuano. Sin embargo donde se desarrollara con fuerza fue en Copiapó. Su líder, Pedro León Gallo, con un ejército de más de mil hombres, venció a las tropas del gobierno en la batalla de Los Loros, al norte de La Serena, y avanzó sobre esta ciudad, que ocupó militarmente. Las provincias de Atacama y Coquimbo participaron del espíritu revolucionario. No obstante aquello, una legión del gobierno enfrentó y derrotó al ejército de León Gallo en Cerro Grande, al sur de La Serena, en abril de 1859.

Otro hecho a consignar, sucedió cuando algunos de los cabecillas revolucionarios de 1859 fueron a situarse entre las tribus araucanas del sur donde fomentaron los odios contra el poder español, haciendo creer a los indígenas que el Presidente seguía representándolo. De esta forma, los agentes de la revolución hicieron estallar la insurrección indígena el mismo año 59. Una vez derrotados, se comenzó la ocupación del territorio araucano por medio de fuertes y ciudades fundadas.

Casi de inmediato, la crisis económica de 1860 y 1861 significó una nueva complejidad para el gobierno, entre cuyas causas podían contarse la guerra civil y la rebelión araucana, y el cierre de los dos mejores mercados del trigo chileno, Australia y California, lo que causó un descenso rápido e inesperado de ese artículo. La crisis se manifestó en numerosas quiebras, en el empobrecimiento de muchas familias y en la paralización de obras públicas y particulares.

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Compilación: Profesor en Línea