En 2019 se cumplirán ciento cincuenta años ¿De qué? Podríamos formar un tiempo lineal, una cronología de hechos y explicarlo. Pero de esa manera no podríamos interiorizarnos en la mente de un ser que predicó amor sin excusas como respuesta a escupitajos, patadas e insultos; si nos concentramos, no les pido que ayunen dos semanas en la cárcel, ni que se levanten del asiento para viajar en el techo del tren, lo entenderemos ¿Suena interesante? Lo fue en su momento y todo empezó hace casi un siglo y medio de nuestro tiempo.

El Kirti Mandir, templo museo en honor a Gandhi, construido al lado de la casa donde nació, en Porbandar.

Preferimos clavar las raíces a la fuerza en vez de esperar a que crezcan, pintamos una roca de amarillo y la exprimimos creyendo que es un limón; no trabajamos por igualdad, vocación o amor.

El 2 de octubre de 1869 nació, en el seno de una familia acomodada, Mohandas Karamchand Gandhi , en la ciudad de Porbandar , conocida como la “ciudad blanca”.

Su padre se dedicó a las leyes y su madre eligió la religión. En la india ambos caminos son respetados, aunque para el joven Mohandas estos estímulos lo definieron por un breve lapso de su vida.

Como es costumbre en esos sectores de Asia los niños se casan por obligación, no es común rehusarse, pero eso no impide que tengas tu propia opinión; en el caso de Mohandas Karamchand, prefirió que sus hijos eligieran con quien casarse; él no tuvo esa opción.

Kasturbai, la esposa de Gandhi, y sus cuatro hijos.

Los matrimonios hindúes acostumbran ser un derroche de lujo y decorados pintorescos; lo que empobrece a algunas familias. La boda es seguida por toda la comunidad, es abierta al público, un espectáculo que demuestra el interés de la familia por las tradiciones. Para abaratar costos, su familia realizó un matrimonio triple en el que participaron su hermano, un primo y un Gandhi de apenas trece años. Tan solo dos años después sufrió la pérdida de su padre.

Es común en varias culturas el ayuno, como devota religiosa la madre de Mohandas lo practicaba con regularidad en plazos variables; lo que hizo que un joven curioso respetara la tradición y decidiera limitarse cada vez menos. Un cristiano leyendo el Corán no es sinónimo de pecado sino de apreciación, de solidaridad.

Su madre también le enseñó a respetar a los seres vivientes, incluso cuando mueren; fue vegetariano desde joven. En la adolescencia junto con un amigo probó la carne de cabra. Llegó a hacerlo en lugares públicos; pero el peso de la religión y la desobediencia que recaía sobre él hicieron sentir a un joven Gandhi la culpa, por lo que decidió que cuando sus padres fallecieran comería carne otra vez si así lo quisiera.

No se destacó en sus estudios hasta una edad madura, su adolescencia rodeada por muerte, compromiso y estudios marcó la lejana identidad que llegó a formarse con el transcurso de su vida.

Desde pequeño decidió estudiar medicina, aunque optó por leyes para entender mejor el mundo de su padre al que tenía en alta estima. Viajó a Inglaterra para estudiar derecho en la University College de Londres en donde destacó por sus notas y comportamiento ejemplar, cosa que le pareció curiosa debido a que él siempre había sido de esa manera. Calificándose a sí mismo de tímido. No podía dormir con la luz apagada por su miedo a la oscuridad, a ladrones y a los fantasmas, también temía a las serpientes.

A los veintiún años regresa a India luego de haber terminado sus estudios. Sus primeros intentos de defensas orales en el estrado fracasan a causa de su personalidad retraída y tímida. Por lo que decide refugiarse en la escritura; mejorando así su caligrafía y formándole un amor por la literatura que definiría gran parte de su vida.

Las dificultades que enfrentaba y la falta de conocimiento que poseía acerca de las leyes hindúes lo llevaron a tomar la decisión de emigrar a Sudáfrica; comenzó su carrera como consultor en una delegación musulmana en 1893. Ahí se familiarizo con el Corán y con el escritor Leon Tolstoi.

Gandhi con miembros de la Sociedad Vegetariana, durante sus estudios en Londres, en 1890.

Ofrece siempre la otra mejilla ¿Qué significa? Por lo menos alguna vez que hayan ido al templo o en sus propios hogares y escuelas escucharon esta enseñanza que no, no es de Gandhi, sino de un profeta al que él admiraba. Cristo, decía él; ¨me agrada su Cristo, no me agradan los cristianos, se parecen muy poco a su Cristo¨. Esto es poner la otra mejilla, analizar el contacto, el enojo, la acción de odiar por orden de otros o por impulso nuestro; poner la otra mejilla no es más que sentir por dos lo que tu vez como uno.

En su estancia sufrió discriminación racial y de credo. A medida que más escuchaba el prejuicio diario, su mentalidad solidaria y pasiva acomodaron sus ideales; aportándole un gran valor al dar discursos. En Sudáfrica fue la cabeza de varias manifestaciones pacíficas en contra de los ingleses, el racismo y el clasismo.

En Bombay se enfrentó a la peste en 1896 y le ofreció su colaboración al servicio de sanidad. Algo que notó fue que la gente más pudiente descuidaba la higiene de sus baños, en cambio en clases menores sí cuidaban sus baños, al  punto que hasta los leprosos, marginados en esa época, se preocupaban bastante del aseo.

Vuelve a Sudáfrica en 1897; su barco es sometido a una inspección para no contagiar a la ciudad. Pero las verdaderas intenciones eran enviar al barco de vuelta a India. Al cabo de unas semanas logran bajar. Aconsejaron a Gandhi ir en vehículo a la casa de un amigo, pero él prefiere caminar; escupitajos, piedras, insultos, maldiciones… podían atacarlo con todo, pero un individuo con un ideal que aboga por la no violencia, aboga por el amor, lo arrostra todo. Sentía las piedras como llantos de personas reprimidas, sin rumbo ¿Qué faltaba?

Gandhi en Sudáfrica.

Al llegar a la casa de su amigo su familia lo esperaba preocupada, por ello le aconsejan disfrazarse y escapar.

En los años siguientes se dedica a la educación de sus hijos, cambia radicalmente su imagen, surge una guerra civil en Sudáfrica y sigue moldeándose para definirse.

Funda la Granja Tolstoi a las afueras de Durban en 1910; en donde viviría junto con sus seguidores y su familia. Un tiempo antes había estado experimentando con distintas dietas y ejercicios mentales y físicos. Lo más notable de sus estudios llevados a la práctica es la sanación que le aplicó él mismo a su hijo dándole solo alimentos naturales y cuidados diarios.

Y la cronología de su lucha sigue: En 1913, es enviado a prisión durante trece meses luego de la marcha de Transvaal; en 1914 regresa a India. En 1917 inicia la lucha por los derechos de los obreros del Índigo; luego, entre 1922 y 1924, permanece otros dos en prisión.

Ya en 1930, encabeza la marcha de la sal , cuyo objetivo fue atacar simbólicamente al monopolio británico del producto; para Gandhi la sal simboliza el desinterés material de India en relación a sus costumbres y a su propia mente.

Llega 1931, y de nuevo permanece siete meses encarcelado por pedir la independencia de la India. Entonces, en 1932 realiza el primer ayuno de protesta.

Un joven Mohandas Gandhi (al centro) en la granja Tolstoi, que fundara en Sudáfrica, inspirada en las ideas de libertad del autor ruso.

La historia se repite y lo acosa; en 1942 cae preso junto a su esposa por exigir la independencia definitiva de India. Pasan dos años y en 1944 su mujer fallece en prisión luego de enfermar gravemente.

Como un vértigo, los hechos se suceden: en 1947, el 15 de agosto,  India y Pakistán se declaran independientes; antes de medio año, el 30 de enero de 1948, Gandhi es asesinado  en Nueva Deli. Se declaró un luto mundial, tres balas y un perdón.

Para él no era un castigo, sentía que era un honor que tomaran en cuenta su persona. Ser un personaje en la historia está perdido, ya no existen héroes que amar, solo lloran hasta que las velas se consumen y el papel se arruga.

Texto por O. A. Querelle.

Fuente: “Gandhi”, colección Hombres y mujeres que hicieron historia, Editorial Aguilar, 2013.

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