Tejido animal

En animales, a partir de un óvulo fecundado, las células empiezan a diferenciarse y a unirse entre sí de diversas maneras para constituir una unidad de orden superior: el tejido.

Se denomina tejido, puede ser animal o vegetal, a la agrupación de células especializadas que con una estructura determinada realizan una función que resulta vital para el organismo.

La Histología es la parte de la Medicina y de la Biología que estudia los tejidos.

Diferenciación

Las células que forman los distintos tejidos de un organismo pluricelular suelen presentar diferencias muy notables en estructura y función.

Las diferencias entre una célula nerviosa, una célula hepática (del hígado) y un eritrocito (glóbulo rojo) de un mamífero, o una célula vegetal, por ejemplo, son tan extremas que cuesta creer que todas ellas contengan la misma información genética.

Pero se distinguen unas de otras porque sintetizan y acumulan paquetes distintos de moléculas de ácido ribonucleico (ARN) y proteínas sin alterar la secuencia del ácido desoxirribonucleico (ADN).

Este proceso, llamado diferenciación, se basa en la activación y desactivación selectiva de genes en una sucesión programada. Estos cambios en las características celulares suelen ser irreversibles, y formando ya un tejido una célula no podrá volver a su estado de división original.

Entre las células que componen los diferentes tejidos, existe una cantidad variable de sustancia intercelular o pegamento, cemento de unión, segregado por las mismas células y con características bien definidas.

En algunos tejidos la cantidad de cemento es mínima y las células están en íntimo contacto unas con otras (tejido epitelial). En otros tejidos, la cantidad de sustancia intercelular es máxima y líquida y las células están separadas entre sí (plasma sanguíneo). Entre ambos extremos hay tejidos con características intermedias (tejido cartilaginoso y tejido óseo).

Según esta característica o especialización, se distinguen cinco tejidos básicos: epitelial, conectivo o conjuntivo, muscular, nervioso y sanguíneo.

En un ser vivo, estos distintos tejidos se combinan para formar unidades funcionales superiores llamadas órganos. Estos órganos, a su vez, se integran en unidades funcionales mayores para formar aparatos o sistemas.

Se habla de sistemas cuando la estructura de dichas unidades está formada fundamentalmente por un tejido, como sucede en el sistema nervioso. En caso contrario, se los denomina aparatos. Sin embargo, en algunos casos se usan ambas denominaciones, como sucede con el aparato o sistema circulatorio. 

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