Guacolda

Heroína de Arauco, compañera del caudillo Lautaro. Para algunos historiadores Guacolda no sería más que un mito, un personaje literario creado por Alonso de Ercilla en su poema “La Araucana”. Otros cronistas coloniales, en cambio, no ponen en duda su existencia y explican su nombre a partir del mapuche Wa-koli (Guacolda) que significa maíz o choclo colorado. Se deduce, por ello, que habrìa sido de cabellera rubia.

Para los españoles, se llamaba Teresa y era mujer muy hermosa.  Se unió a Lautaro cuando éste tomó la ciudad de Concepción.

Fray Diego de Ocaña, la religiosa Imelda Cano, el padre Rosales y, posteriormente, Vicuña Mackenna coinciden en describirla a Guacolda como una mujer muy bella, a quién sedujo el valor y el talento de Lautaro y decidió seguirlo con lealtad y coraje.

Las crónicas también señalan que ella y Lautaro sirvieron en casas de españoles. Se dice que Lautaro sirvió al mismo Valdivia, y que Guacolda se había criado en la casa de Pedro de Villagra.

Si bien los mapuches tenían un miedo supersticioso a los españoles, les atemorizaba tanto su presencia hasta considerarlos algo así como dioses malignos, se puede inferir que ni Guacolda ni Lautaro les temían.

Ellos habían vivido en sus casas, los habían visto enfermos, dormidos, quizás borrachos. Habían limpiado sus armas, los habían visto comer, llorar y reírse. No, para ellos no eran dioses. Desde pequeños ambos habían comprobando que eran humanos, hombres de tierra como ellos y, por lo tanto, podían ser derrotados.

Cuando Lautaro dio por terminado su aprendizaje, y partió a unirse a la sublevación de su pueblo, Guacolda se le unió, y ya no se separaron más. Lo acompañó en la toma de Concepción, en la batalla en las márgenes del Mataquito y en el asalto a Santiago.

También mueren juntos, durante la noche, en una emboscada que les tendió Villagra.

Alonso de Ercilla y Zúñiga y Pedro Mariño de Lobera cuentan en sus respectivas Araucana e Historia de Chile que Guacolda predijo a Lautaro el desastre y la muerte en vísperas de la batalla de Chilipirco (batalla de Peteroa, en 1557) donde ambos murieron.

Fuente:

“Diccionario Histórico de Chile”, Jordi Fuentes y Lía Cortés

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