Segundo Medio: Historia y Ciencias Sociales

Anexo 2: Etnias y minorías étnicas

Según Diccionario de Etnología y Antropología, Pierre Bonte y Michael Izard. Edición en español,

Akal Ediciones, Madrid, 1996 (pp 258-261).

Etnia

“En el uso científico corriente, el término etnia designa un conjunto lingüístico, cultural y territorial de cierto tamaño, estando generalmente reservado el término tribu a grupos de menor dimensión. Constantemente mencionada, puesto que se refiere a la unidad de base de los estudios antropológicos, es sin embargo en Francia una de las nociones menos teorizadas de la disciplina. Apenas comienzan ahora las preguntas explícitas sobre su contenido y sus implicaciones, al mismo tiempo que se vuelve a discutir la aproximación monográfica con la que está estrechamente relacionada”.

“Derivada del griego ethnos, neolatinizada y luego adaptada al inglés y francés, la expresión etnia (igual que tribu) permanece durante mucho tiempo siendo de uso exclusivamente eclesiástico. Denota, por oposición a los cristianos, a los pueblos paganos o ‘gentiles’, que en el lenguaje secular se llamarán primero naciones o pueblos, y a partir del siglo XIX, raza y tribus, incluso aunque la ciencia encargada de su descripción se llame desde fines del siglo XVIII etnología o etnografía. A comienzos del siglo XX, estos términos son  progresivamente sustituidos por diversos neologismos, como el francés ethnie, (re)inventado por Vacher de Lapouge en 1896, o en términos alemanes ethnicum y ethnikos. Su aparición concuerda con el  desplazamiento semántico de los sustantivos hasta entonces utilizados: nación se reserva ya para los Estados ‘civilizados’ de occidente, pueblo, en tanto sujeto de un destino histórico, es demasiado noble para los salvajes (al menos en francés), y raza, centrado ahora en criterios puramente físicos, es demasiado general; especie de ‘nación’ de rebajas, la etnia se define por una suma de rasgos negativos. Su surgimiento responde también a las exigencias de encuadre administrativo e intelectual de la colonización: la nueva terminología que se elabora permite ‘poner en su lugar’ a las poblaciones conquistadas, fraccionarlas y encerrarlas en definiciones territoriales y culturales unívocas”.

“Mientras que en Alemania, los países eslavos y Europa del Norte los derivados de ethnos colocan el acento en el sentimiento de pertenencia a una colectividad, en Francia el criterio determinante de la etnia es la comunidad lingüística. Del uso antiguo del vocablo race subsiste la idea de que constituye una esencia casi natural y por lo tanto inmutable. El sustantivo ni existe en inglés; el compuesto ethnic group es de aparición reciente, y designa específicamente una minoría cultural. Sin embargo, la expresión tribe (laicizada mucho antes que en Francia) o people (más tarde society ), participan también de la misma idea naturalista y reificante”.

“Esta visión substantivista, que hace de cada etnia una entidad discreta dotada de una cultura, de una lengua, de una psicología específicas..., va a dominar durante mucho tiempo a la antropología, y sigue hasta el presente modelando su organización institucional y profesional. Sin embargo, los trabajos de F. Barth (1969), y el eco que en seguida encontraron en la comunidad científica, dan cuenta de la revisión crítica que se inicia en los años sesenta. Acercándose a la aproximación dinamista e interaccional (...), Barth y sus discípulos se dedican a mostrar que la etnia es ante todo una categoría de adscripción cuya continuidad depende del mantenimiento de una frontera y, por lo tanto, de una codificación constantemente renovada de las diferencias culturales entre grupos vecinos”.

“... se ha percibido que la cristalización de ‘etnias’ remite desde siempre a procesos de dominación política, económica o ideológica de un grupo sobre otro; incluso en la actualidad, el discurso étnico sostenido tanto por las capas dirigentes de los estados neocoloniales como por los medios occidentales sirve ante todo para descalificar a los movimientos de revuelta cuyas posturas no tienen en realidad nada que ver con los ‘lastres tradicionales’ ritualmente invocados”.

“El término etnia no designaría más que un cierto nivel de organización social cuyo exorbitante privilegio epistemológico, y menos su reificación, nada justifica. Estas ‘etnias’ pacientemente desmontadas por los antropólogos se han convertido, sin embargo, en sujetos, retomando en muchos casos por su cuenta –sea por efecto dialéctico o sea porque no pueden expresar de otro modo sus reivindicaciones económicas y políticas– el discurso etnicista (o indigenista, o tribalista) empleado a su vez por los dominantes. Por múltiples razones –aceleración de la migración urbana, fracaso de la lucha de clases, aborto del proceso de formación de un proletariado o de un campesinado cargados de esperanzas revolucionarias, revisión de algunos aspectos de la ideología nacional o nacionalista–la etnicidad se ha convertido en un valor positivo de identidad”.

Etnias minoritarias

“Asociadas entre sí, las dos nociones de ‘etnia’ y de ‘minoría’ nos invitan a considerar juntas las de grupo y relación. El grupo puede ser definido según criterios objetivos internos (comunidad de origen, de cultura, de religión, lazos de parentesco que unen a sus miembros entre sí) o externos (trayecto histórico común, situación en el seno de la sociedad global, papel económico, etc.), y según criterios subjetivos, que pueden ser igualmente internos (sentimiento de pertenencia, lazos de solidaridad que unen a los miembros, etc.) o externos (visión del grupo por parte de la sociedad circundante). La fenomenología de los grupos así identificados revela una extrema diversidad de situaciones. Existen minorías que se han convertido en tales en su propio territorio (indios de América del Norte), otras que eran extrañas, en origen, al país en cuestión, que se han formado a partir de descendientes de deportados (negros de América), de refugiados o exiliados (originarios del Sudeste asiático), o de inmigrados (trabajadores extranjeros de países industrializados). (...) Algunas minorías se identifican con el territorio que ocupan y sólo son minoritarias políticamente: existe ‘nación’ o ‘nacionalidad’, pero no estado. En otros casos, la relación con un territorio, estatal o no, es inherente a la existencia minoritaria: los albaneses son por definición mayoritarios en Albania y, mayoritarios en la provincia de Kosovo, constituyen una de las minorías yugoslavas. (...) Existen por último minorías muy dispersas, sin base territorial común (los gitanos). (...) El grupo minoritario no plantea su existencia oponiéndose a grupos equivalentes, sino a través de su relación con la sociedad global, que no afirma su naturaleza ‘étnica’. La ‘etnia minoritaria’ es considerada por la sociedad global como portadora de caracteres que la alejan de la norma que ella define al encarnarse normalmente en el Estado-nación”.

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