Europa en Crisis

Tercero medio

Unidad 5: La era de las revoluciones y la conformación del mundo contemporáneo

Comunismo

Es a mediados del siglo XIX, con Carlos Marx y Federico Engels, cuando se da un fundamento sólido a una propuesta político social conocida como comunismo, en lo que se denominó el Comunismo Científico.

Ambos, Marx y Engels, eran luchadores sociales, además de filósofos, economistas, y de acuerdo a las experiencias que les corresponde vivir en un período de auge del capitalismo por la Revolución Industrial, llevan adelante la organización de los trabajadores, del proletariado explotado por los capitalistas, a nivel internacional.

Al mismo tiempo, estudian en profundidad  los escritos de filósofos, economistas y luchadores sociales aparecidos hasta esa fecha y paulatinamente van elaborando sus propias teorías, las que constituyen posteriormente los fundamentos del Marxismo. El Marxismo que lleva en su esencia el cambio, la consideración del movimiento permanente de la materia, de la realidad, va recibiendo el aporte siempre nuevo de otros pensadores y políticos, como Lenin, Gramsci, Luxemburgo, Recabarren, Mariátegui, Ponce y muchos otros.

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Engels y Marx.

El comunismo refiere a un estado social en el cual los medios de producción no pueden pertenecer a propietarios privados. Se trata, pues, de una sociedad sin clases en donde ningún grupo humano podría explotar a otro, ni tampoco los individuos pueden hacerlo entre sí.

El comunismo es así, un sistema político, económico y social basado en la comunidad de bienes en el que está abolida toda propiedad privada.

Pero fue finalmente con Marx y Engels cuando el comunismo se nutrió de una ideología materialista que lo identificó con el fin de la lucha de clases a la que se llegaría a través de una lucha de clases intermedia, con una dictadura del proletariado, que habría de edificar una sociedad en la que cada individuo aportaría según su capacidad y recibiría según sus necesidades.

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La hoz y el martillo, símbolos del comunismo.

La ideología comunista se fue afianzando a fines del siglo XIX y se plasmó en la revolución rusa de 1917. La victoria de los regímenes totalitarios durante la Segunda Guerra mundial favoreció la expansión del sistema comunista que llegaría al poder en varios países centroeuropeos. En 1949 el comunismo llegó a China.

Pero los enfrentamientos internos del bloque comunista, especialmente la polémica chino-soviética y el aplastamiento por parte del ejército soviético de los movimientos de protesta surgidos en la Europa del Este (Hungría y Polonia en 1956, Checoslovaquia en 1968), provocaron una profunda crisis en el movimiento comunista internacional.

Los cambios producidos en la Unión Soviética (URSS) y su posterior disolución, y en la Europa del este a partir del acceso de Gorvachov al poder en 1985 representaron el punto de inflexión en donde el sistema comunista desapareció como una alternativa posible (tanto a nivel práctico como teórico) frente al sistema capitalista.

Fuentes Internet:

http://educacion.pcchile.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=48&Itemid=26

http://filosofia.idoneos.com/index.php/Problemas_filosoficos/Socialismo,_comunismo_y_anarquismo

Fascismo

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Es la forma de totalitarismo del siglo XX que pretende la estricta reglamentación de la existencia nacional e individual de acuerdo con ideales nacionalistas y a menudo militaristas; los intereses contrapuestos se resuelven mediante la total subordinación al servicio del Estado y una lealtad incondicional a su líder.

En contraste con los totalitarismos de izquierdas identificados con el comunismo, el fascismo basa sus ideas y formas en el conservadurismo extremo.

Los regímenes fascistas se parecen a menudo a dictaduras —y a veces se transforman en ellas—, a gobiernos militares o a tiranías autoritarias, pero el fascismo en sí mismo se distingue de cualquiera de estos regímenes por ser de forma concentrada un movimiento político y una doctrina sustentados por partidos políticos al margen del poder.

El fascismo hace hincapié en el nacionalismo, pero su llamamiento ha sido internacional. Surgió con fuerza por primera vez en distintos países entre 1919 y 1945, sobre todo en Italia, Alemania y España.

En un sentido estricto, la palabra fascismo se aplica para referirse sólo al partido italiano que, en su origen, lo acuñó, pero se ha extendido para aplicarse a cualquier ideología política comparable. Del mismo modo, Japón soportó durante la década de 1930 un régimen militarista que presentaba fuertes características fascistas.

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D’Annunzio

Los regímenes fascistas también existieron en periodos variables de tiempo en muchos otros países. Incluso democracias liberales como las de Francia e Inglaterra tuvieron movimientos fascistas importantes durante las décadas de 1920 y 1930.

Después de la derrota de las potencias del Eje Roma-Berlín-Tokyo en la II Guerra Mundial, el fascismo sufrió un largo eclipse, pero en los últimos tiempos ha reaparecido de forma más o menos abierta en las actuales democracias occidentales, sobre todo en Francia y en Italia.

Las doctrinas fascistas

Antes de la I Guerra Mundial, algunos escritores, entre ellos el famoso poeta italiano Gabriele D’Annunzio, y los pensadores franceses Georges Sorel, Maurice Barrès, Charles Maurras y el conde Joseph de Gobineau, expresaron ideas fascistas. Todos ellos se opusieron a los valores de la Ilustración de individualismo, democracia y racionalismo secular; y, en conjunto, sus ideas han sido presentadas como una reacción a estos valores que fueron representados por la Revolución Francesa.

El libro italiano Fascisti respondió a los ideales revolucionarios de “libertad, igualdad, fraternidad” con la exhortación “¡Creer! ¡Obedecer! ¡Combatir!” En general, veneraban la fuerza: la heroica voluntad del gran líder, la fuerza vital del Estado, la mística de los uniformes y formaciones paramilitares, y la utilización no contenida de la violencia para afianzar y fomentar el poder político.

La filosofía de Friedrich Nietzsche, manipulada de forma artera por la mayoría de los fascistas, facilitó ideas y consignas poderosas al fascismo, sobre todo “el triunfo de la voluntad” y el símbolo “del superhombre”.

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Benito Mussolini

Algunos fascistas recurrieron al cristianismo como una fuerza conservadora, mientras otros rechazaban la moralidad cristiana por reprimir la voluntad. Muchos tomaron ideas del darwinismo social sobre la lucha competitiva en y entre los estados y sobre la obligación evolutiva que tiene el fuerte de aplastar al débil: esas ideas a menudo implicaban racismo.

La mayoría de los teóricos fascistas abrazó el nacionalismo extremo que, en algunos casos (Gobineau, Barrès, Maurras) incluía el antisemitismo. Como parte de su antirracionalismo, algunos propusieron un culto místico a la tradición y al Estado.

La “batalla por los nacimientos” de Benito Mussolini simbolizó la visión fascista del papel de la mujer, como pilar pasivo del hogar y madres de futuros miembros de las fuerzas armadas.

“La mujer —escribió el fascista italiano Ferdinando Loffredo— debe volver bajo el sometimiento del hombre, padre o esposo, y debe reconocer por lo tanto su propia inferioridad espiritual, cultural y económica”.

Uniendo el feminismo militante con el marxismo y la lucha de clases, los fascistas hicieron un llamamiento a la reconciliación entre los sexos así como entre las clases sociales, pero en términos masculinos. Pierre Drieu La Rochelle, escritor francés que más tarde hizo apología de la ocupación nazi condenó el feminismo por ser una “doctrina perniciosa” y afirmó que las mujeres, carentes de las cualidades espirituales de los hombres, eran una fuente de decadencia. A pesar de esto, muchas mujeres han apoyado el fascismo, como Alessandra Mussolini, nieta de Mussolini, figura destacada del partido neofascista italiano Alianza Nacional.

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La Rochelle

La derrota de Alemania e Italia en la II Guerra Mundial desacreditó al fascismo en Europa en el periodo de posguerra.

Países como España y Portugal, cuyos gobiernos fascistas se mantuvieron en el poder después de la contienda, pasaron del totalitarismo al autoritarismo, y difuminaron sus rasgos fascistas.

La ulterior recuperación económica suprimió el descontento social que había contribuido a la expansión del fascismo de preguerra y en la mayoría de los países democráticos el fascismo pareció destinado a un exilio permanente en una franja política residual.

No obstante, durante las décadas de 1980 y 1990 el fascismo reapareció en algunos estados democráticos occidentales.

Sus manifestaciones más evidentes, englobadas de forma genérica bajo la denominación 'neofascismo', se materializaron en actitudes de tipo racista y xenófobo frente a inmigrantes del Tercer Mundo y en la desilusión respecto a los partidos políticos que representaban la legalidad democrática.

Fuente Internet:

http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761568245/Fascismo.html

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