Pobreza |
Octavo básico: Unidad 3
Problemas del mundo actual y esfuerzos por superarlos: la pobreza
• Expresiones de la pobreza en el ámbito local, nacional y mundial
La pobreza describe un amplio rango de circunstancias asociadas con la dificultad al acceso y carencia de recursos para satisfacer las necesidades básicas que inciden en un deterioro del nivel y calidad de vida de las personas. Puede ser descrita o medida, aunque pocas veces se ha intentado definirla como tal. La pobreza es la escasez de recursos para vivir mínimamente con una alimentación necesaria para el desarrollo humano.
Un intento de definición responde al hecho de que la pobreza debe ser vista como el resultado de un modelo económico y social, ejercido y aplicado en un territorio y tiempo determinados, por los diversos agentes económicos y políticos, que producen en la sociedad sectores excluidos de los beneficios totales o parciales del modelo en ejecución. A estos sectores excluidos de tales beneficios los llamamos generalmente pobres o más genéricamente como parte de la pobreza existente.
La pobreza no es pues una causa que deba ser tratada como tal para combatirla, es el resultado de procesos complejos y extendidos en el tiempo, que son difíciles de apreciar a simple vista y que requieren investigación sostenida para lograr su comprensión antes de plantear cualquier intento de terminar con la pobreza.
La pobreza es un término comparativo utilizado para describir una situación en la que se encuentra parte de una sociedad y que se percibe como la carencia, escasez o falta de los bienes más elementales como por ejemplo alimentos, vivienda, educación o asistencia sanitaria (salud) y agua potable. Así como los medios de obtenerlo (por ejemplo por falta de empleo, nivel de ingresos muy bajo o carencia de estos). También puede ser el resultado de procesos de segregación social.
Las causas de la pobreza son múltiples. Entre ellas se pueden mencionar:
• problemas políticos;
• crisis de los mercados financieros;
• desastres naturales;
• gestión inadecuada del medio ambiente (utilización incorrecta de los recursos naturales por parte del hombre).
Se han propuesto distintas metodologías para medir la pobreza de los habitantes del planeta. Algunos utilizan indicadores de carácter pecuniario (producto bruto interno, PBI), otros tienen en cuenta cuestiones vitales (esperanza de vida, consumo diario de calorías, entre otros) y otros aspectos educativos (analfabetismo, etcétera).
Cada uno de estos indicadores ofrece ventajas y desventajas y su aplicación depende del propósito que se persiga.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo presentó en el Informe Mundial de 1997 un Ííndice de la Pobreza Humana, el IPH, cuyo objetivo fue incluir las diferentes características de privación de la calidad de vida. Este índice toma m cuenta las siguientes variables:
• porcentaje de la población con esperanza de vida menor a 40 años;
• porcentaje de adultos analfabetos;
• porcentaje de personas sin acceso a servicios de salud y a agua potable;
• porcentaje de niños menores de cinco años víctimas de malnutrición.
De acuerdo con este índice, la pobreza humana afecta a una cuarta parte de la población del mundo en desarrolló.
Los países que se encuentran en los últimos lugares de la clasificación según el IPH ocupan también los últimos lugares de la clasificación según el Índice de Desarrollo Humano (IDH).
El África al sur del Sahara y Asia Meridional son las áreas donde la pobreza humana está más generalizada. Níger, Sierra Leona y Burkina Faso son los países del mundo que presentan los valores más altos, con más del 55 por ciento de la población en condiciones de pobreza.
A los efectos de la comparación internacional, se ha definido el umbral de pobreza como la línea fijada en un dólar diario por persona, suma considerada suficiente para adquirir los productos necesarios para sobrevivir.
Actualmente, en el mundo en desarrollo 1.300 millones de personas viven con menos de un dólar diario y cerca de 3.000 millones, casi la mitad de la población mundial, con menos de dos dólares.
El hecho de que los países industrializados alcancen los porcentajes más bajos de pobres, no significa que en esos países no los tengan, pues el problema de la pobreza es mundial lo que ocurre es que en esos países la mayoría de sus habitantes no son pobres y gran parte tiene acceso a condiciones dignas de vida. En cambio, en los países en desarrollo, existe un predominio de pobres y una minoría de ricos.
En el mundo, la mayoría de los pobres todavía se localiza en las zonas rurales, pero esta situación está cambiando y probablemente en el siglo XXI la mayor parte viva en ciudades. Este proceso será resultado de la migración a las zonas urbanas, del menor acceso a recursos productivos, del desarrollo insuficiente de la vivienda urbana y la infraestructura física, etcétera.
• La imposibilidad de satisfacer necesidades básicas como elemento distintivo de la pobreza
En búsqueda de soluciones...
Todos los países necesitan políticas y estrategias para reducir sustancialmente la pobreza en el plazo más breve posible. Es importante el papel que juegan los siguientes elementos que deben ser tenidos en cuenta en forma conjunta. Ninguno, por sí solo, basta para combatir la pobreza.
• El mercado.
• El Estado.
• Los propios pobres, que deben trabajar unidos para encontrar soluciones.
El mercado puede cumplir una función benefactora con los pobres. Si las corrientes financieras y comerciales funcionan bien, las economías prosperarán y la riqueza llegará a los pobres. Pero, actualmente, la globalización económica, los embates especulativos y la fragilidad de los mercados ponen en evidencia la debilidad de esta teoría.
La crisis financiera sufrida en el Sudeste Asiático es un ejemplo de esto. En Indonesia ha provocado grandes estragos, graves tensiones sociales y actos de violencia, luego de 30 años de crecimiento económico y de reducción de la miseria. El impacto fue mayor porque no estaba previsto un sistema de protección social capaz de ayudar a los pobres en caso de recesión. Sólo se han aplicado intervenciones a corto plazo para limitar los perjuicios.
Estas consideraciones nos llevan a concebir nuevas estrategias de desarrollo sostenible que deben atender dos graves problemas del siglo XXI: la desocupación masiva y la acentuación de las desigualdades dentro de las naciones o entre ellas.
El Estado también puede contribuir eficazmente a la lucha contra la pobreza y para ello deberla:
• fomentar las expresiones pacíficas de las demandas de la gente y la participación política;
• garantizar el espacio democrático;
• estimular las asociaciones entre el sector público y el sector privado;
• luchar para una distribución más equitativa;
• velar por la responsabilidad y la transparencia;
• brindar educación y salud básicas para todos.
Le corresponde al Estado un papel activo y firme para implementar estrategias de erradicación de la pobreza pero, asimismo, debe saber cuándo intervenir y cuándo mantenerse al margen.
Los propios pobres también son importantes para superar la pobreza mediante sus aptitudes y sus valores culturales. Los proyectos para luchar contra la pobreza deben comprender y respetar la cultura local.
Muchas propuestas han fracasado porque se han querido imponer programas realizados en otros lugares a realidades locales que difieren enormemente.
Las comunidades deben organizarse para la acción colectiva basadas en sus propios sistemas de valores culturales. La movilización popular hacia la erradicación de la pobreza puede asumir muchas formas. Entre ellas se pueden mencionar:
• asociaciones corporativas;
• sindicatos, que han desempeñado un papel fundamental en la promoción de mejores condiciones de vida y de trabajo;
• movimientos populares: es importante que surjan espontáneamente a partir de iniciativas de la propia población afectada y que no sean controlados o manipulados desde el poder;
• organizaciones no gubernamentales (ONG): desempeñan un papel fundamental en el impulso de estrategias de desarrollo humano. Las ONG pueden servir para reforzar y complementar las actividades gubernamentales por ser más flexibles y más aptas para llegar a algunas comunidades de manera efectiva.
Sudáfrica se destaca como ejemplo de país donde se ha producido la interacción entre el pueblo, el mercado y el Estado para erradicar la pobreza.
El ímpetu político de la lucha contra el apartheid impulsa ahora la lucha contra la pobreza humana.
Este proceso cuenta con el compromiso político, con estrategias basadas en las asociaciones entre el sector público y el privado y con un proceso de desarrollo impulsado por el pueblo.
• Dimensiones cuantitativas y representación cartográfica de la pobreza en el mundo
El «Cuarto Mundo»
En el mundo desarrollado vive aproximadamente el veinte por ciento de la población mundial. Ahora bien, no todos los que habitan en él tienen un nivel de vida aceptable. Como ocurre también en los países más pobres, unos pocos concentran la mayor parte de la riqueza.
El crecimiento de la riqueza global en los países desarrollados va acompañado, paradójicamente, de un aumento de los contrastes y, sobre todo, de un incremento de la población pobre.
Así por ejemplo, en los Estados Unidos, las cuatrocientas mayores fortunas del país concentran un volumen de recursos equivalente al ahorro de todo el resto de ciudadanos estadounidenses, mientras que veinte millones de personas pasan hambre vanos días al mes, según un estudio de la Universidad de Harvard.
La expansión de este fenómeno, asociado en una buena parte de los casos a los problemas de marginalidad en áreas urbanas, ha llevado a acuñar un nuevo término: el «Cuarto Mundo», para denominar al colectivo de población más desfavorecido en espacios desarrollados. Es decir, el «Cuarto Mundo» lo componen los pobres de los países ricos.
Causas de la pobreza en los países ricos
Una de las razones que explican el crecimiento de la pobreza en los países desarrollados es la importancia creciente de los movimientos de inmigración, en una buena parte de los casos, ilegal.
Efectivamente, muchos de estos nuevos pobladores, mayoritariamente en destinos urbanos, se ven rechazados por una sociedad racial y culturalmente diferente, que les asigna casi siempre los trabajos despreciados por su propia población, cuando no les cierra totalmente las puertas del trabajo legal, lo que les obliga a actividades ilegales o de economía sumergida: venta ambulante, mendicidad, prostitución, tráfico de drogas, etc.
El rechazo social y la falta de expectativas marcan a estos colectivos compuestos no solo por población extranjera inmigrante, sino también por grupos diferentes desde el punto de vista étnico, como los gitanos en Europa o los negros en América1 o social, como las personas mayores con pocos recursos.
A esa marginación étnica y social hay que añadir, además, la correspondiente al género, pues se calcula que aproximadamente dos tercios de los pobres del mundo son mujeres.
A finales del siglo XX en la Unión Europea había más de cincuenta y dos millones de pobres.
El problema alcanza especial intensidad en los países del sur (Italia, Portugal, España y Grecia) e Irlanda. Los colectivos más afectados son los jóvenes, las mujeres y los ancianos.
Pobreza extrema y pobreza relativa
En los países desarrollados la pobreza extrema es minoritaria, pues los Estados proporcionan a prácticamente la totalidad de sus ciudadanos ciertos servicios imprescindibles que mitigan la situación de necesidad, como la educación básica gratuita, la atención médica y muchas ayudas en situaciones de paro, enfermedad y jubilación.
Por ello, suele hablarse de pobreza relativa; es decir, de personas que son más pobres que la media, pero que viven mejor que la mayoría de la población de los países del Tercer Mundo.
Por ejemplo, en la Unión Europea se considera «pobre» a aquella persona o familia cuyos ingresos son inferiores al cincuenta por ciento de la renta media de la población. Por este motivo, el umbral de la pobreza varía de un país a otro.
En 2001, mientras en Luxemburgo la renta media se situaba en 25.030 dólares anuales, en España esta cifra descendía hasta los 10.160 dólares y en Grecia hasta los 8.250 dólares.
La exclusión social
El concepto de exclusión social se refiere a los procesos y situaciones que impiden la satisfacción de las necesidades básicas de las personas (trabajo, vivienda, educación, acceso a la sanidad...) y su participación en la sociedad.
En esta situación se encuentran todas aquellas personas sin hogar, los inmigrantes que sufren el racismo y la xenofobia; los ancianos que, por tener derecho a percibir unas pensiones insuficientes, carecen de la asistencia médica necesaria y viven en la más completa soledad; los ex reclusos y los ex toxicómanos que ven obstaculizada su reinserción en la sociedad; las personas que a causa del desempleo o de la enfermedad, pierden sus trabajos y se ven sumidas en una situación precaria. etc.
En los últimos años, los avances tecnológicos, la evolución del mercado laboral y el cambio en la estructura familiar han generado nuevas formas de exclusión, como, por ejemplo, la de aquellas personas que no tienen formación adecuada para adaptarse a los actuales procesos productivos; los desempleados de larga duración; los jóvenes que no consiguen su primer empleo o una estabilidad laboral; las mujeres que son discriminadas en cuanto a oportunidades de empleo y salario; los discapacitados físicos y psíquicos que se encuentran en unas condiciones muy desfavorables para acceder a un puesto de trabajo; las personas que trabajan por un sueldo mísero y sin protección social, dentro de la llamada economía sumergida. y muchas familias monoparentales cuyos ingresos son insuficientes.
Hacia la Declaración del Milenio
“El objetivo del acuerdo trascendental firmado en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo —cuyas medidas fueron aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1999— fue mejorar la calidad de vida y el bienestar de los seres humanos y promover el desarrollo humano reconociendo las interrelaciones existentes entre las políticas y los programas de población y desarrollo encaminados a lograr la erradicación de la pobreza, el crecimiento económico en el contexto del desarrollo sostenible, la educación, especialmente de las niñas, la equidad entre los géneros, la reducción de la mortalidad infantil y materna, el acceso universal a los servicios de salud reproductiva, incluida la planificación de la familia y la salud sexual, las modalidades sostenibles de consumo y producción, la seguridad alimentaria el desarrollo de los recursos humanos y la garantía de todos los derechos humanos (...)“
“En el 2000, 189 Estados Miembros de las Naciones Unidas se reunieron en la Cumbre del Milenio y aprobaron objetivos y metas para combatir la pobreza, el hambre, las enfermedades, la discriminación contra la mujer, la degradación de las tierras y el analfabetismo.”
La primera meta es “reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a un dólar por día”.
La marginación y la pobreza
La marginación suele ir acompañada de tensiones, agresividad y malos tratos en entorno familiar, cuyas principales victimas son las mujeres, los niños y los ancianos.
A veces, la salida a esta situación se busca en la evasión, a través del alcohol, las drogas o el abandono familiar. Los Ingresos necesarios para subsistir se obtienen a menudo de la práctica de mendicidad, de actos delictivos o del ejercicio de la prostitución.
Los niños que crecen en este ambiente suelen sufrir carencias afectivas y desarraigo familiar; su rendimiento escolar suele ser muy bajo, faltan a clase con regularidad y la mayoría termina por fracasar en los estudios y abandonar la escuela.
Cuando dejan de ser niños, muchos de ellos siguen los pasos de sus progenitores. Unos malviven de la venta ambulante, la recolección de basuras, la prostitución o la mendicidad, mientras otros caen en la delincuencia o las drogas.
La situación de pobreza y exclusión pasa así, en muchas ocasiones, de una generación a otra.
• El hambre como expresión de pobreza extrema
Hambre mundial
Ochocientos cincuenta y cuatro millones de personas del mundo están subalimentadas, esto es, disponen de menos de 1.900 calorías diarias. De este número, 820 millones se encuentran en países en vías de desarrollo, en contraste con las 823 millones que había en 1990.
Estos datos, del informe anual publicado por la FAO, Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, no mostraron ninguna mejora en los últimos diez años.
De todos modos, es cierto que a raíz del crecimiento demográfico, la proporción de personas subalimentadas en los países pobres pasó del veinte por ciento en 1990-1992 al diecisiete por ciento en 2001-2003.
Este cambio sigue siendo débil. “En realidad, no se logró ningún progreso" admitió Jacques Diouf, director general de la FAO, para quien esta baja de tres millones en la cantidad de personas subalimentadas en los países pobres “puede deberse aun error estadístico"
Según la organización, “las tendencias más recientes son verdaderamente preocupantes”. Muestran un aumento de 26 millones de personas desnutridas entre 1995-1997 y 2001-2003, luego de una baja de 100 millones en los años 80. La mediocridad de estos resultados oculta importantes disparidades regionales.
Asia y el Pacífico registraron progresos reales, con excepción de Corea del Norte, Bangladesh y Pakistán. En China solamente, la cantidad de personas desnutridas disminuyó en 45 millones. Latinoamérica registra mejoras también, salvo en Venezuela.
La FAO subrayó que la cantidad de personas subalimentadas aumentó en Cercano Oriente, en el norte de África y en la región africana al sur de Sahara. Esto hizo que la cantidad de desnutridos pasara en diez años de 169 millones a 206 millones, cuando los objetivos fijados en 1996 hablaban de la necesidad de llevar esa cifra a 85 millones para 2015.
Los países con mayor peligro son también los que pasaron por guerras, como Burundi, Eritrea, Liberia, Sierra Leona o la República del Congo.
Si se tienen en cuenta los resultados de estos últimos años, sólo el este asiático logrará disminuir en más de la mitad su cantidad de desnutridos, mientras que el sudeste asiático la reducirá sólo en un tercio, como Latinoamérica.
En el Cercano Oriente y en el norte africano, la situación se agravará, de hecho, ya que las personas subalimentadas serán 36 millones en 2015, luego de las 24 millones que hubo en 1990.
Es en la zona africana al sur del Sahara en donde la situación es la peor.
Y así se mantendrá, al parecer. El informe de la FAO muestra que la concentración del hambre en las zonas rurales demuestra que sin inversiones fuertes para el desarrollo rural y agrícola, no podrá haber ninguna mejora significativa.
Personas que viven con menos de un dólar al día en países en desarrollo entre 1990 y 1998
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Personas que vivían con menos de undólar al día (millones)
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Tasa de pobreza ( por ciento)
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1990
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2000 (estimación)
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1990
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2000 (estimación)
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Este asiático | 470 | 261 | 29,4 | 14,5 |
Sin incluir China | 110 | 57 | 24,1 | 10,6 |
Asia del sur | 466 | 432 | 41,5 | 31,9 |
África al sur del Sahara | 241 | 323 | 47,4 | 49 |
América latina | 48 | 56 | 11 | 10,8 |
Medio oriente/África del norte | 5 | 8 | 2,1 | 2,8 |
Euroipa y Asia central | 6 | 24 | 1,4 | 4,2 |
Total | 1.237 | 1.100 | 28,3 | 21,6 |
Fuente: Banco Mundial. Perspectiva económicas económicas globales 2004 (2003) |
Índice de Desarrollo Humano (o índice de medición de la pobreza)
El Índice de Desarrollo Humano ( IDH ) es una medición por país, elaborada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Se basa en un indicador social estadístico compuesto por tres parámetros:
• vida larga y saludable (medida según la esperanza de vida al nacer)
• educación (medida por la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta combinada de matriculación en educación primaria, secundaria y terciaria)
• nivel de vida digno (medido por el PIB per cápita en dólares)
IDH de los diferentes estados del
mundo, según Informe 2006
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La distribución geográfica de la pobreza
"La pobreza ya no está limitada por las fronteras nacionales. Se ha convertido en un problema mundial. Atraviesa las fronteras, sin pasaporte, en forma de drogas, enfermedades, contaminación, migración, terrorismo e inestabilidad política."
Informe sobre Desarrollo Humano, 1994"
La pobreza como problema rural
Desde una perspectiva mundial, la pobreza es un problema rural.
Los países pobres son países agrícolas. Los indigentes viven predominantemente en zonas rurales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha señalado que más del 75 por ciento de la población de los países más pobres del mundo vive en zonas rurales y depende de la agricultura para sustentarse.
Además, los productos agrícolas representan casi el 40 por ciento del producto interno bruto (PIB) de estos países y más del 50 por ciento de sus ingresos por concepto de exportaciones.
Los pobres de las zonas rurales: El número de pobres que viven en zonas rurales asciende a casi mil millones de personas en todo el mundo y aumenta a ritmo constante, sobre todo después del estancamiento que hubo en la esfera del desarrollo durante el "decenio perdido" de 1980.
En este momento, los indigentes constituyen casi la quinta parte de la totalidad de la población mundial.
Se ha calculado que en 1988 el porcentaje de población rural que vivía por debajo del umbral de pobreza era del 61 por ciento en América Latina y el Caribe, del 60 por ciento en el África subsahariana, del 31 por ciento en Asia y del 26 por ciento en África septentrional y Oriente próximo.
El número de familias rurales cuyo jefe es una mujer ha aumentado con rapidez hasta situarse actualmente en 75 millones.
Hoy en día, la mayoría de las personas que viven por debajo del umbral de pobreza en las zonas rurales son mujeres; desde 1975 su número ha crecido en 50 por ciento, frente al 30 por ciento registrado en el caso de los hombres;
La inseguridad alimentaria es también, aunque suene paradójico, un problema rural. La inmensa mayoría de los 800 millones de personas que sufren de mal nutrición crónica en todo el mundo viven en las zonas rurales de los países en desarrollo;
A causa del crecimiento demográfico, en la mayoría de las regiones del mundo en desarrollo los terrenos se reducen y parcelan cada vez más; el fenómeno del campesinado sin tierra o casi sin tierra está en auge y afecta cuando menos al 40 por ciento de las familias de Asia meridional.
Precedencia de la supervivencia sobre la conservación: La lucha por la supervivencia suele degradar la base de los recursos naturales que resultan vitales para la población rural. Por ejemplo, y sólo en los últimos 30 años:
Se ha perdido casi el 20 por ciento de la capa superficial de las tierras de cultivo, debido en gran medida a la falta de capital y de tecnología para adoptar medidas apropiadas de conservación del suelo;
La reforestación de los bosques tropicales y de otra índole ha progresado a razón de 11 millones de hectáreas anuales a causa de los desesperados intentos de los pobres por procurarse tierras o leña;
Millones de hectáreas de terreno se han convertido en eriales debido a que sus redes de regadío eran de construcción defectuosa o estaban mal conservadas;
La mala gestión de los recursos es causa de más del 80 por ciento de la desertificación que ha sufrido todo el planeta en los últimos tiempos;
El mundo corre el peligro de perder todas sus tierras productivas en menos de 200 años a causa de la desertificación si se mantiene la actual tasa de pérdida de 27 millones de hectáreas (66,7 millones de acres anuales).
El bienestar no se propaga "por goteo": En 1992, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) empleó cuatro índices principales--seguridad alimentaria, pobreza integrada, necesidades esenciales y bienestar relativo para medir la prosperidad relativa de las 113 naciones que deseaba estudiar.
Según los promedios nacionales generales, las poblaciones rurales que se hallaban en peor situación eran las de Bhután, Burkina Faso, Somalia, Mauritania yel Sudán; en contraste con ellas, las cinco más prósperas eran las de Chipre, Malta, la República de Corea, Barbados y Mauricio.
Si bien en los últimos 20 años se ha logrado disminuir notablemente la pobreza rural en la India, Indonesia, Malasia, Pakistán y Lesotho, la conclusión a la que se llega en el informe del FIDA es la de que, en general, es erróneo suponer que el crecimiento y el bienestar se propagan espontáneamente de los países ricos a los pobres.
Pese a los progresos logrados después de 40 años de actividades de desarrollo, sigue habiendo sufrimientos muy reales, pues hay 500 millones de pobres que no ganan lo suficiente para comer a diario y, de ellos, entre 15 y 20 millones mueren todos los años de hambre y de enfermedades agravadas por la mal nutrición.
Atraída por la perspectiva de obtener alimentos, trabajo, servicios y otras oportunidades, una parte cada vez mayor de la población mundial se dirige a las ciudades. Por tanto, la pobreza rural alimenta la pobreza urbana. La mayoría de la población emigrante está constituida por hombres, que dejan a sus mujeres al cuidado de la casa y de la familia.
La urbanización de la pobreza
Aunque alrededor de mil millones de pobres de todo el mundo viven actualmente en zonas rurales, la situación está cambiando con celeridad.
En los últimos 40 años, la población urbana de los países industrializados se ha duplicado y la de los países en desarrollo se ha quintuplicado.
No es sólo el mundo el que se urbaniza progresivamente, lo mismo ocurre con la pobreza. Según la Secretaría de las Naciones Unidas, la población urbana, que en 1950 representaba menos del treinta por ciento de la humanidad, ha crecido hasta situarse en alrededor del 45 por ciento en 1995.
En el 2005, uno de cada dos seres humanos vive en una ciudad.
En los países en desarrollo hay actualmente unos 300 millones de pobladores urbanos que viven en la pobreza y que no obtienen ingresos suficientes para atender siquiera sus necesidades elementales de alimentación y alojamiento.
Por otro lado, el veloz aumento de la población de las zonas urbanas está forzando considerablemente tanto la capacidad de las infraestructuras y de las viviendas como la capacidad del medio urbano en general.
En 1990, al menos 600 millones de pobladores urbanos de los países en desarrollo vivían en condiciones precarias de salud y en condiciones que entrañaban peligro para su vida.
En algunas ciudades, más de la mitad de la población vive en mediaguas, carpas o rucas y en asentamientos ocupados ilegalmente.
La mayoría de las personas que viven en estas condiciones se enfrentan también con otro problema: el del desempleo y el subempleo permanentes.
La mayoría de las ciudades no están en condiciones de asimilar el portentoso crecimiento de la población urbana ni de ofrecer oportunidades de empleo o viviendas suficientes.
A consecuencia de ello, puede que gran parte de los 700 millones de personas que se han incorporado a la población urbana de los países en desarrollo durante el presente decenio acaben desempleadas o percibiendo ingresos exiguos.
El Secretario General de las Naciones Unidas ha afirmado que "la intensidad y la velocidad con que se concentran las poblaciones en las zonas urbanas acentúa la sensación de incertidumbre con respecto a la viabilidad de los modelos contemporáneos de consumo y desarrollo".
El sufrimiento de las ciudades
Las grandes ciudades del mundo —antaño símbolos de progreso, prosperidad y esperanza— se están convirtiendo paulatinamente en lugares de desesperanza para una proporción cada vez mayor de la humanidad, según el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat), encargado de organizar Hábitat II —La Cumbre de la Ciudad—, que se celebró en 1996 en Estambul.
"Las ciudades —pilares de la actividad económica, la innovación, la libertad y la cultura— sufren hoy en día los problemas de la superpoblación, la insuficiencia de servicios públicos y la inseguridad". Mientras que unas ciudades se pueblan más y se rejuvenecen, otras se despueblan y envejecen.
Los efectos de estas tendencias se reflejan de forma patente en el número y en los rostros de las personas que no tienen un techo que los cobije en las ciudades, incluso en las de las sociedades opulentas (produciendo enormes déficit habitacionales).
Por ejemplo, según The New York Times, más del veinte por ciento de la población de la gran zona metropolitana de Nueva York vive por debajo del umbral de pobreza.
Además, según el Informe sobre Desarrollo Humano, "casi 250.000 neoyorquinos —más del tres por ciento de la población de la ciudad y más del ocho por ciento de sus habitantes negros— han residido en albergues en los últimos cinco años".
También en Europa las ciudades "albergan" a un número cada vez mayor de personas sin techo.
En Londres hay cesadas alrededor de 400.000 personas en esta situación y París acoge a casi 10.000 personas sin techo del medio millón que viven en Francia.
La situación es aún peor en las ciudades de los países en desarrollo, donde el sesenta por ciento de la población vive en asentamientos ocupados ilegalmente o en chozas (chabolas) situadas en el casco urbano (marginales).
Según el informe citado, "En Calcuta, Dhaka y México, D.F., más del veinticinco por ciento de la población constituye lo que a veces se denomina "población flotante".
Habida cuenta del aumento de la pobreza en todo el mundo, la secretaría de Hábitat II se vio obligada a admitir que el objetivo de garantizar una vivienda digna a todo el mundo para el final del milenio, definido en la Estrategia Mundial de Vivienda hasta el Año 2000 que se trazó en 1988, no se cumpliría.
Los países más pobres y menos adelantados
Fueron los países más pobres y menos adelantados los que acusaron en mayor medida la duplicación de la diferencia entre el veinte por ciento de los países más ricos del mundo y el veinte por ciento de los más pobres, que pasó de 30:1 en 1960 a 61:1 en 1991.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), más de las dos terceras partes de los 1.300 millones de indigentes que hay en todo el mundo se concentran en 10 de los 185 Estados Miembros de las Naciones Unidas:
Bangladesh, el Brasil, China, Etiopía, Filipinas, la India, Indonesia, Nigeria, el Pakistán y Viet Nam.
El número más elevado de pobres corresponde a Asia. La cifra más alta en términos absolutos es la de la India (350 millones de personas, es decir, el cuarenta por ciento de la población); sin embargo, es Bangladesh el país que cuenta con la mayor proporción de pobres: el ochenta por ciento de la población, que asciende a 93 millones de personas.
La ayuda extranjera no se ha ajustado con exactitud a los factores demográficos de la pobreza. Por ejemplo, en el período comprendido entre 1988 y 1990, Filipinas, que se consideraba un punto estratégico prioritario incluso en la etapa posterior a la guerra fría, recibió proporcionalmente más ayuda (49 dólares por persona) que el Brasil, punto de menor valor estratégico, que no recibió sino tres dólares por persona, a pesar de que uno de cada dos de sus habitantes es pobre.
El Africa subsahariana: Aunque no sea la región de mayor densidad demográfica, el Africa subsahariana es la que más acusa los estragos de la pobreza.
En general, su desarrollo social no ha podido seguir el ritmo del fuerte crecimiento demográfico ni resistir frente al desastre económico, que a menudo ha estado ligado con los conflictos armados y con la degradación ambiental. Se preveía que en el año 2000 la mitad de la población del Africa subsahariana viva en la pobreza absoluta.
Los países menos adelantados
Las Naciones Unidas acuñaron en 1971 la expresión "países menos adelantados" para describir a los "países en desarrollo más pobres y más débiles ecónomocamente, que tienen gravísemos problemas económicos, institucionales y de recursos humanos, agravados a menudo por desventajas geográficas y por desastres naturales y provocados por el humano".
Si cuando esa definición se formuló por primera vez se aplicaba a 21 países, hoy en día la cifra ha subido a 48, de los cuales 33 pertenecen a África.
Estos 48 países menos adelantados poseen una población conjunta de alrededor de 560 millones de personas, es decir, aproximadamente el 10 por ciento de la población mundial; pero solamente el 0,01 por ciento de los ingresos mundiales.
En 1993, sus ingresos medios per capita fueron de 300 dólares frente a los 906 dólares del conjunto de los países en desarrollo y los 21.598 dólares de los países desarrollados con economía de mercado.
La tasa media de crecimiento del PIB de los países menos adelantados ha disminuido en términos reales del 2,2 por ciento en el decenio de 1980 al 1,8 por ciento en el período de 1990 a 1993.
Por lo que atañe al comercio, el volumen de exportaciones e importaciones de estos países también disminuyó a escala mundial (del 0,7 y el 1 por ciento, respectivamente, en 1980 al 0,4 y el 0,7 por ciento a principios del decenio de 1990).
Si bien la pobreza y la falta de desarrollo humano general no son equivalentes, sí están fuertemente correlacionadas. Por ejemplo, en 1995 el PNUD empleó criterios basados en la longevidad, los conocimientos y el nivel de vida para determinar el grado de desarrollo humano de 174 países.
Cuarenta de los 44 países peor clasificados en ese índice de desarrollo humano pertenecen también al grupo de los países menos adelantados.
A pesar de las medidas que se han adoptado para aliviar la carga de la deuda, las sumas adeudadas por casi la mitad de los países menos desarrollados son iguales o mayores que su PIB.
Este endeudamiento tan fuerte lastra todos los intentos de frenar el declive socioeconómico, reactivar el desarrollo y encauzar a estos países hacia el crecimiento sostenido mediante la adopción de una serie de medidas nacionales e internacionales escalonadas.
Lo que se necesita no es caridad, sino ayuda urgente y continuada para atender las necesidades humanas esenciales.
Casos ejemplares
Cabe citar los siguientes casos ejemplares:
* Entre 1960 y 1992, Botswana, China, el Irán, Malasia, Portugal, la República de Corea, Siria, Tailandia, Túnez y Turquía lograron avances asombrosos en el ámbito general del desarrollo;
* Mauricio, catalogado como uno de los países más pobres del mundo en el decenio de 1950, puede presumir en la actualidad no sólo de tener empleada a toda su población activa, sino, incluso, de sufrir escasez de mano de obra y está considerado uno de los países del mundo más armoniosamente integrados desde el punto de vista étnico y social.
El incremento del apoyo a los países menos adelantados:
Entre el 26 de septiembre y el 6 de octubre de 1995 se celebró en Nueva York una importante reunión de alto nivel, la Reunión Intergubernamental de Alto Nivel sobre el examen mundial de mitad de período de la aplicación del Programa de Acción en favor de los países menos adelantados para el decenio de 1990.
Cinco años después de la Declaración de París de 1990, era patente que esos países y sus 555 millones de ciudadanos estaban más, no menos, marginados.
Los delegados, entre los que se contaban ministros de alrededor de treinta países, se centraron en las cuestiones concretas de la deuda, las finanzas y —por primera vez en este ámbito— en los resultados del sector comercial y las repercusiones de la Ronda Uruguay.
La reunión se cerró con una "promesa de cooperación" entre los países menos adelantados y las naciones donantes y con la presentación de una serie de iniciativas patrocinadas por varios Estados miembros.
Entre ellas figuraba la oferta de Noruega de aportar a un nuevo fondo fiduciario de buena administración creado por el PNUD diez millones de dólares destinados a los países menos adelantados.
Otra iniciativa fue la que adoptó también Noruega de ofrecerse como país anfitrión de una conferencia que se celebraría en 1996 y que tendría por objetivo llevar a la práctica el pacto de desarrollo humano 20:20 en el que se insistió en la Cumbre Social de 1995.
Los países menos adelantados del mundo
Eran 48 países en septiembre de 199S: Afganistán, Angola, Bangladesh, Benin, Bhután, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, Camboya, Chad, Comoras, Djibouti, Eritrea, Etiopía, Gambia, Guinea, Guinea Ecuatorial, Guinea-Bissau, Haití, Islas Salomón, Kiribati, Lesotho, Liberia, Madagascar, Malawi, Maldivas, Malí, Mauritania, Mozambique, Myanmar, Nepal, Níger, República Centroafricana, República Democrática Popular Lao, República Unida de Tanzanía, Rwanda, Samoa, Santo Tomé y Príncipe, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Togo, Tuvalu, Uganda, Vanuatu, Yemen, Zaire y Zambia.
• Diversas iniciativas comprometidas con la superación de la pobreza
La pobreza en Chile
A fines del 2000 el Ministerio de Planificación y Cooperación (MIDEPLAN) realizó la octava encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN-VIII).
Los antecedentes contenidos en esta investigación, así como su cobertura representativa de todos los hogares del país, permiten medir con gran detalle y desagregación —entre otros aspectos vinculados a los efectos de las políticas sociales— el estado y evolución de las situaciones de pobreza.
Según la información que se deriva de la encuesta, el período 1999-2000 se caracterizó por una pérdida de vigor en la tendencia a la reducción de la pobreza que se venía manifestando durante la década de los años noventa, y por un leve aumento de la indigencia, procesos ambos ya evidenciados en el bienio precedente (1997-1998).
No obstante, la evolución reciente es reflejo de diversas situaciones heterogéneas que, percibidas globalmente, configuran un panorama general de relativo estancamiento en materia de alivio de la pobreza en el conjunto del país.
A su vez, la disminución estimada de la pobreza en ochenta mil personas y el aumento de treinta mil indigentes es resultado de una gran disparidad en el comportamiento de las distintas regiones, y sobre todo entre áreas urbanas y rurales, en lo que se refiere especialmente a la evolución del empleo y de los ingresos de los hogares.
Datos de Chile
Según los datos oficiales, en Chile existen 7.254 personas en Situación de calle. Las ONGs estiman que el número se encuentra cercano a las 10.000 personas, y en Santiago viven cerca del 50 por ciento de la población.
El Gobierno de Chile ha trabajado constantemente con las organizaciones de la sociedad civil para visualizar una pobreza no contemplada por las políticas sociales. Asimismo, han trabajado para adecuar las políticas de protección social existentes a las particularidades de la población.
Población por Línea de Pobreza Chile 1987 - 2000
POBLACIÓN * |
||||||
AÑOS |
POBRE** |
INDIGENTE |
POBRE
|
|||
Nº |
por ciento |
Nº |
por ciento |
Nº |
por ciento |
|
1987 |
5501.2 |
45,1 |
2125,1 |
17,4 |
3376.1 |
27,7 |
1990 |
4965.6 |
38,6 |
1659.3 |
12,9 |
3306,3 |
25,7 |
1992 |
4331.7 |
32,6 |
1169.3 |
8,8 |
3162.4 |
23,8 |
1994 |
3780,1 |
27,6 |
1036.2 |
7,6 |
2743,9 |
20,0 |
1996 |
3288.3 |
23,2 |
813.8 |
5,7 |
2474.5 |
17,5 |
1998 |
3160.1 |
21,7 |
820.0 |
5,6 |
2340.1 |
16,1 |
2000 |
3081.1 |
20,6 |
849.2 |
5,7 |
2231.9 |
14,9 |
*Miles de personas
**Pobres no indigentes más indigentes
FUENTE: MIDEPLAN. División Social. Dpto. de Información Social. Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) de cada año.
Vulnerabilidad social
La vulnerabilidad social trasciende al concepto tradicional de la pobreza, porque se origina en fenómenos propios de las nuevas dinámicas de desarrollo derivadas de la globalización y la competitividad de los mercados.
Existen nuevos riesgos para los que se requiere una mejor respuesta del Estado, fruto del surgimiento de un nuevo tipo de pobreza, de los cambios en los mercados laborales, en los roles de género con la creciente participación política y laboral de las mujeres, de las transformaciones de las familias, el envejecimiento de la sociedad por el aumento de la esperanza de vida y de una reducción de la tasa de natalidad, además de la existencia de un nuevo fenómeno migratorio
La expresión más dramática de la desigualdad es la diferencia entre el bienestar que disfrutan los más ricos y las carencias de los más pobres, pero más profundos aun son los contrastes respecto de la seguridad con que unos y otros enfrentan la vida.
Para superar esa brecha se requiere una red de beneficios sociales del Estado con cobertura progresiva que acompañe a las personas a lo largo de su ciclo vital, protegiendo sus primeros pasos, asegurando el acceso a las oportunidades de educarse y trabajar, cubriendo los riesgos de enfermedad e invalidez y garantizando una vejez digna.
La pobreza puede golpear a una familia en distintos momentos de su ciclo vital y por lo tanto la protección social debe activarse cuando la adversidad de una familia la requiera.
Un buen sistema de protección social genera mayor igualdad al reducir la inseguridad que afecta a muchas familias, permitiéndoles abordar proyectos, iniciar emprendimientos y arriesgar un poco más, con la seguridad de que un error no significará la ruina.
Un buen sistema de protección social no sólo limita los riesgos, también permite que las oportunidades sean aprovechadas por todos.
¿En que ámbitos interviene el FOSIS?
El Fondo de Solidaridad e Inversión Social (FOSIS) actúa en dos ámbitos: Social y Económico.
Todas las acciones contemplan en su formulación la aplicación de una matriz social de riesgo, instrumento de planificación que define "los riesgos asociados a la pobreza" en cada grupo de edad, familia y/o comunidad.
Programas del Ámbito Social del Fosis
· Puente
· Desarrollo Social
· Nivelación de Competencias Laborales
· Un Barrio para Mi Familia
· Promoción para la Participación, Liderazgo y Autogestión
· Aquí yo hablo
· Habitabilidad - Chile Solidario
· Proyecto Travesía
Adultos Mayores
Los problemas de la vejez no se resuelven sólo con pensiones, atención de salud y medicamentos. Es necesario que nuestros adultos mayores sean reconocidos como personas útiles, valiosas y respetables. Por eso las políticas de protección social del Gobierno hacia el adulto mayor lo reconocen como una persona, un sujeto de derechos y no sólo como un pensionado, un pasivo o un paciente.
De acuerdo a la Política Nacional para el Adulto Mayor, la gran meta es lograr un cambio cultural de toda la población, que signifique un mejor trato y valoración de nuestros abuelos y abuelas, lo cual implica una percepción distinta sobre el envejecimiento y la vejez, y así alcanzar mejores niveles de calidad de vida para todos los adultos mayores.
Dicha política se basa en los valores de la equidad, la solidaridad intergeneracional y el pleno respeto a la dignidad de los adultos mayores. De ahí se desprenden los siguientes objetivos:
1.- Fomentar la asociatividad, la participación e integración social del adulto mayor.
2.- Incentivar la formación de recursos humanos en el área.
3.- Mejorar el potencial de salud de los adultos mayores.
4.- Crear acciones y programas de prevención.
5.- Focalizar los subsidios estatales en los sectores más carenciados de adultos mayores.
6.- Fortalecer la responsabilidad intergeneracional en la familia y comunidad.
7.- Fomentar el uso adecuado y creativo del tiempo libre y la recreación.
8.- Perfeccionar las normativas y programas referidos a la seguridad social.
Fuentes Internet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Pobreza
http://www.portalplanetasedna.com.ar/poblacion12.htm
http://www.bancomundial.org/temas/globalizacion/cuestiones2.htm
http://www.unicef.cl/unicef/index.php/Pobreza
http://www.mideplan.cl/final/categoria.php?secid=40&catid=109