Un oso entre dos amigos

( Féliz María de Samaniego )

Había una vez dos pequeños amigos que paseaban tranquilamente por la espesa arboleda de un bosque, cuando de pronto apareció ante ellos un enorme oso que los asustó mucho.

El animal avanzó de modo decidido hacia los niños y entonces uno de ellos corrió y se subió rápidamente a un árbol, sin pensar siquiera si su amigo necesitaba ayuda.

El otro, aterrorizado, se dejó caer en el suelo y, fingiéndose muerto, contuvo la respiración dejando que el oso lo olfateara.

Como el oso lo creyó muerto (y, según se cuenta, a los osos no les gusta alimentarse de cadáveres), se alejó pacíficamente sin hacerle daño.

Entonces el niño del árbol bajó a abrazar a su amigo y le dijo:

— Me pareció que el oso te decía algo al oído. ¿Qué fue?

— Así es, contestó el otro. Me ha revelado un valioso secreto y es éste:


No confíes en aquellos amigos que cuando te ven en dificultades te abandonan.

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