Se llama automóvil, en general, a cualquier vehículo mecánico autopropulsado diseñado para su uso en carreteras. El término se utiliza en un sentido más restringido para referirse a un vehículo de ese tipo con cuatro ruedas y pensado para transportar menos de ocho personas.

Los vehículos para un mayor número de pasajeros se denominan autobuses o microbuses, y los dedicados al transporte de mercancías se conocen como camiones. El término vehículo automotor engloba todos los anteriores, así como ciertos vehículos especializados de uso industrial y militar.

Con respecto al vehículo más pequeño, conocido como automóvil, éste tuvo su origen en el primer coche sin caballos que fue introducido por los hermanos Charles y Frank Duryea en 1893. Fue el primer coche con motor de combustión interna de Estados Unidos.

Le siguió el primer automóvil experimental de Henry Ford ese mismo año.

En solo cien años el automóvil dejó de ser el muy caro y poco confiable “carruaje sin caballos” y se convirtió en una forma de transporte cotidiana, utilizada por millones de personas en todo el mundo.

El invento de la cadena de montaje, la intercambiabilidad de los componentes y otras mejoras que ahorraban tiempo hicieron posible la fabricación en serie de muchos productos, entre ellos del automóvil.

En 1913 apareció el modelo Ford T, disponible solo en color negro, que fue el primer modelo que se construyó en una cadena de montaje.

Los coches se desplazaban por una cadena y cada operario instalaba sólo una pieza, reduciendo el tiempo necesario para construir cada automóvil de doce horas a dos horas.

Hoy en día, son millones los automóviles que circulan por las carreteras de todo el mundo a velocidades que superan con creces los 100 kilómetros por hora, muy lejanos de los 6 kilómetros por hora que desarrollaban los primeros vehículos a motor.

Ver, además, el Automóvil hacia 1970