Icebergs |
Formación
Las masas heladas flotantes en el océano Antártico, conocidas como icebergs, tienen dos orígenes: el primero, la alimentación de los glaciares semipermanentes, algunos de los cuales son enormes como la barrera de hielo de Ross; y el segundo, el hielo marino que se funde después de cada invierno, y que puede alcanzar latitudes de 56º Sur en el Atlántico y 64º Sur en el Pacífico.
Un iceberg característico. |
Los vientos y corrientes empujan las placas flotantes manteniéndolas constantemente en movimiento.
Este movimiento (hacia este u oeste según sean latitudes costeras o no) provoca que los fragmentos que parten de los glaciares y barreras de hielo alcancen límites al norte cercanos a la Convergencia Subtropical.
En un proceso continuo, la acumulación y condensación de nieve sobre la placa de hielo continental provoca un lento movimiento hacia el mar formando barreras a todo lo largo de la costa antártica.
Cada año, un número enorme de icebergs (algunos de considerable tamaño) parten de estas barreras, y de las lenguas de hielo marino.
Rompimiento de una placa (foto satelital). |
Los investigadores numeran y registran mediante observaciones por satélite todos estos movimientos, en un esfuerzo por entender mejor cuanto hielo se pierde del continente mediante esta vía.
Mientras que los icebergs presentan un riesgo obvio para la navegación, también proveen importante información sobre el desplazamiento de las plataformas de hielo. Puede tener también un efecto significativo en la predicción de la tendencia de la placa y su distribución.
Los icebergs adoptan todo tipo de formas y tamaños que pueden ser tabulares, redondeados o irregulares. Su forma suele ser un indicador del origen y antigüedad.
Los icebergs tabulares emanan de las barreras de hielo naturales, mientras que los témpanos de forma irregular tienen su origen en las lenguas de glaciares flotantes. Cada año por ejemplo, 35 km. cúbicos de hielo despegan del glaciar Lambert (en la zona del antártico reclamada por Australia).
Las asombrosas formas irregulares y redondeadas que adquieren los témpanos, es el resultado de fundirse bajo la línea de flotación; cuando la parte superior empieza a ser más pesada que la inferior, termina por volcar, dejando a flote el extremo torneado por las aguas.
Un iceberg tabular de los más grandes puede tener 200 a 300 metros de alto y pesar unos 400 millones de toneladas; el agua que contiene es capaz de dar suministro a una ciudad de tres millones de personas durante todo un año.
Uno de los icebergs más grandes que se han podido detectar fue el que se denominó "B9", y rompió de la Gran Barrera de hielo de Ross en octubre de 1987. Medía 154 km. de largo por 36 km. de ancho, y se estimó su peso en mil millones de toneladas.
El "B9" estuvo flotando 2.000 km. al oeste durante sus primeros dos años de peregrinaje, entonces se partió en tres témpanos que terminaron encajados en bajos próximos a tierra, permaneciendo allí.
Los icebergs flotan bajo la influencia de las corrientes oceánicas, y algunos han llegado navegando hacia el norte tan lejos como los 26º de latitud Sur.
Los que consiguen alcanzar esas distancias, rompen primero en pedazos más pequeños llamados Growlers, que terminan fundiéndose en los calurosos mares norteños.
De todas formas, muchos de ellos no llegan a traspasar la Convergencia Antártica , y terminan anclados entre los escollos próximos a las costas antárticas, donde pueden permanecer durante años, incluso décadas.