Es corpulenta y carece de aleta dorsal. Las aletas pectorales tienen forma de paleta, y son muy cortas si son comparadas con las de la ballena Jorobada. No presentan estrías ventrales.

El cuerpo es negro, aunque en algunos casos presenta un color café oscuro en el dorso con algunas manchas blanquecinas por el vientre.

La cabeza es sumamente grande, puede llegar a medir una cuarta parte del total del cuerpo. Presenta callosidades blanquecinas o amarillentas en el dorso de la cabeza, así como en otras áreas del cuerpo, las cuales se encuentran pobladas por diversos organismos como bellotas de mar, y entre cuyos tallos crecen isópodos. En ocasiones se forman también alrededor del espiróculo, creando al respirar una especie de V. Las barbas o córneas miden hasta 2,5 metros de largo y unos 30 centímetros. de ancho. A ambos lados de la boca presentan menos de 250 láminas.

Estas ballenas son migratorias. Si se las compara con los rorcuales, estos animales se desplazan muy lentamente entre aguas antárticas, que es el lugar donde se alimentan, y las aguas subtropicales donde se reproducen. La gestación dura aproximadamente unos once meses. Vuelven a gestar cada dos o tres años.

Suelen vivir en grupos en los estuarios y aguas costeras, donde se aparean y crían. En el apareamiento ejecutan un rito muy espectacular, efectuando posiciones verticales cabeza abajo o saltando fuera del agua.

La tendencia a permanecer cerca de la costa suponía un blanco perfecto para los balleneros, que las cazaban sin esfuerzo. Resultaban muy apreciadas por las grandes cantidades de aceite que podían suministrar, y la industria ballenera del sur las eligió preferentemente hasta aproximadamente 1850, cuando cesó la caza después de quedar casi al borde de la extinción.

Se llamaban ballenas Francas por la facilidad con que podían ser capturadas, dada su lentitud de movimientos y su proximidad a tierra.