Gobierno de Domingo Santa María González (1881-1886)

Nació en la ciudad de Santiago el 4 de agosto de 1825. Falleció en la misma capital el 18 de julio de 1889, víctima de un ataque cardíaco. Hijo de Luis José Santa María González y de Ana Josefa González Morandé, hizo sus estudios en el Instituto Nacional y en la Universidad de Chile

Fue catedrático de geografía, aritmética e historia del Instituto Nacional (1845); luego, jefe de sección del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública (1846), y más tarde, oficial mayor de este ministerio (1847).

Graduado de abogado el 15 de enero de 1847, con sólo veintitrés años de edad, fue nombrado intendente de Colchagua. Gobernó dicha provincia hasta 1850, cuando fue destituido, acusado de intervencionismo electoral. Desde entonces pasó a las filas del Partido Liberal.

La Guerra Civil de 1851  lo llevó al exilio y residió en Lima, Perú. Regresó a Chile en 1853. En 1856 se incorporó a la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile. La revolución de 1859 lo envolvió y fue tomado preso y desterrado a Magallanes. Salió proscrito para Europa, regresando amparado por la ley de amnistía de 1862.

Santa María 01
Domingo Santa María.

Ocupó el cargo de fiscal interino de la Corte Suprema y después fue ministro de Hacienda (16 de enero de 1863) y Justicia, Culto e Instrucción Pública (3 de febrero de 1863); ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago (1865). Este mismo año, al perturbarse las relaciones entre Chile y España, el gobierno lo comisionó para llegar a un acuerdo con aquel país.

Llegó a un convenio con el ministro español Salvador Tavira y este tratado se conoció con el nombre de Tratado Covarrubias-Tavira, por ser el señor Covarrubias ministro de Relaciones Exteriores. Este tratado no  fue aceptado por España y con ello se inició la guerra (1865-1866). Actuó como diplomático en varias ocasiones, para lograr el ambiente favorable a Chile en esta contienda. Ocupó un puesto en la Corte Superior de Justicia.

Entre el 17 de abril y el 13 de octubre de 1879 fue nombrado, sucesivamente, ministro de Relaciones Exteriores y Colonización; del Interior, y de Guerra y Marina subrogante. El 18 de septiembre de 1881 salió elegido Presidente de la República y después de dejar el poder, lo nombraron presidente del Senado.

Santa María fue elegido Presidente de la República sin tener candidato opositor debido al retiro de la postulación del general Baquedano, asumiendo el mando el 18 de septiembre de 1881. A esta fecha, recibía un país vencedor en la Guerra del Pacífico, quedándole aún la ardua tarea de establecer la paz con los vencidos.

Patricio Lynch fue el encargado de organizar la normalización de la vida en Lima y en la costa peruana defendida por las montoneras.

Con el fin de concretar la victoria sobre el Perú, Santa María, contra la opinión del Congreso, emprendió una expedición a Junín, la que se ha llamado Campaña de la Sierra, donde tuvo lugar el combate de la Concepción.

Durante su gobierno logró concluir la última etapa de la guerra tras un largo trabajo de diplomacia justificada en el propósito de los Estados Unidos de intervenir en contra de Chile. La Argentina,  por su parte, procuraba asegurar en  la reunión del Congreso Americano de Panamá la condenación por el derecho de conquista; es decir, la anexión de territorios como compensación de guerra. Por otro lado, los países europeos incomodaban a la Cancillería de Chile con reclamaciones de sus nacionales que decían haber sufrido pérdidas a consecuencia de las agresiones.

El 29 de octubre de 1883 firmó el Tratado de Ancón que puso término al conflicto del Pacífico.

También debió vencer algunas dificultades para concertar el tratado de tregua con Bolivia, después de la expedición a Arequipa y al Altiplano, pero lo consiguió y Chile se retiró victorioso de la guerra.

Durante las elecciones parlamentarias de marzo de 1882, el presidente sobrepasó todos los precedentes en materia de intervención electoral, e hizo triunfar las listas de gobierno, sin que fuera posible a los opositores, especialmente a los conservadores, elegir ni un solo  parlamentario.

El gobierno de Santa María se recuerda especialmente por lo que se denominó cuestiones religiosas o teológicas. Éstas se referían a la indispensable reforma de las instituciones que regulaban el estado civil de las personas, esto es los nacimientos, matrimonios y defunciones.

Desde algunos años atrás, la llegada de numerosos extranjeros protestantes y los avances del libre pensamiento hacían de la unidad religiosa chilena un mito y,  por ende, una fuente de conflictos.

Los gobiernos anteriores no pudieron encontrar el camino de entendimiento con la Iglesia, por lo que el conflicto estalló en el go­bierno de Santa María.

Su antecesor, el pre­sidente Pinto, dejó pendientes las reformas del estado civil y de los cementerios laicos en la esperanza de poderles dar una solución pacífica con un prelado más comprensivo y flexible que el arzobispo Valdivieso; pero éste falleció en junio de 1878 y su sucesión se transformó en un nuevo problema cuya peor parte le tocó a Santa María.

El Patronato Eclesiástico

El fallecido Arzobispo Rafael Valentín Valdivieso era un hombre humilde y amable en su trato particular, pero severo e inflexible para defender las prerrogativas de la Iglesia cuyo derecho de patronato eclesiástico ejercido por el estado no aceptaba, en cada situación que era practicado. Tras su deceso, el Gobierno quiso reemplazarlo con un clérigo que lograra la armonía entre la Iglesia y el Estado. Para ello se eligió al canónigo Francisco de Paula Taforó y lo presentó a la Santa Sede para su nombramiento. La nunciatura de Santiago y el Partido Conservador se preocuparon, resistieron la designación y lograron del Sumo Pontífice que paralizara el nombramiento.

Santa Maria solicitó del Vaticano resolver, y enviar prontamente la resolución. Sin embargo,  monseñor Celestino del Frate, delegado apostólico en Chile, informó a Su Santidad su opinión de rechazar la propuesta hacia Taforó. Las relaciones del Gobierno con el delegado se tornaron difíciles, a tal punto, que éste recibió su pasaporte para dejar el país, no sin antes señalar su no reconocimiento al derecho de patronato del Gobierno de Chile (1883). Esto fue como una provocación.

Cementerios Laicos

En respuesta a ello, se dictaron en 1884 un conjunto de leyes conocidas con el nombre de Leyes Laicas , entre ellas, la ley de cementerios laicos para individuos de cualquier credo religioso.

La jerarquía eclesiástica, representada por señor Larraín Gandarillas, Vicario en la sede vacante, censuró los cementerios fiscales y municipales. Los párrocos cesaron de expedir los pases necesarios para la sepultación y las familias católicas se dispusieron a enterrar a sus muertos en las iglesias, como se había hecho en la Colonia.

Santa María dictó entonces un decreto prohibiendo la sepultación en los cementerios particulares e, incluso, para llevar los cadáveres a las iglesias para las honras fúnebres, lo cual dio origen a las situaciones más inverosímiles y macabras, en que se llegó hasta al ocultamiento de cadáveres.

Matrimonio Civil y Registro Civil

Otras leyes en el mismo sentido se aprobaron y promulgaron bajo la impronta de leyes de matrimonio civil y de registro civil , mediante las cuales se despojó a la iglesia católica chilena de su antiguo derecho de constituir legalmente la familia, función que a partir de aquella época fue exclusividad del Estado.

Al término del periodo de Santa María, en 1886, la Santa Sede designó al señor Mariano Casanova como arzobispo de Santiago, dando inicio al principio de solución de los problemas que se habían suscitado.

A las leyes anteriores, se sumó la ley de garantías individuales , por la cual se circunscribió a ciertos y determinados casos el derecho de las autoridades judiciales y administrativas para arrestar a las personas.

La intervención electoral y los fraudes ya eran comunes en esta administración, y no estuvieron ausentes en las elecciones parlamentarias de 1885.

Como ejemplo, se puede citar el caso de Vichuquén, donde el candidato conservador obtuvo seis veces más votos que el gobiernista y, sin embargo, se dio por elegido a  éste.

La vida política durante el gobierno de Santa María se caracterizó por un alto grado de apasionamiento y violencia, acrecentados con las cuestiones religiosas, la intervención electoral y los fraudes.

Santa María presidió el senado en 1888.

En el Parlamento, uno de los incidentes verbales más violentos que se recuerdan fue el protagonizado por el diputado conservador Carlos Walker Martínez y el ministro del Interior, el futuro presidente Balmaceda, a propósito de un telegrama enviado por éste a los gobernadores, lo que constituía una abierta intervención del gobierno en la lucha presidencial que se avecinaba.

No obstante la agitación política que reinó durante su gobierno, Santa María logró un buen número de realizaciones en materia de organización administrativa del país, de Hacienda Pública, de régimen interior.

En materia de beneficencia y salubridad, se terminó la Casa de Huérfanos de Providencia, el hospital de San Agustín de Valparaíso y se proveyeron los fondos para construir los hospitales de Combarbalá, Rancagua, Lontué, Cauquenes, San Carlos, Cañete y Osorno.

En materias viales, se lograron adelantos y ampliaciones en los ferrocarriles y en los servicios de correos.

Se construyeron numerosos puentes, entre los que destaca el del Maule, anexo al nuevo puente de fierro que se construyó para el ferrocarril.

Otro avance importante, es el incremento en la marina mercante y la instalación de los primeros teléfonos y líneas de larga distancia.

Durante su administración se celebró, en 1884, una exposición de los productos industriales chilenos y, en 1885, se realizó un censo general de la población que dio un to­tal de 2.525.000 habitantes.

En materia de relaciones exteriores, fue importante la solución de las reclamaciones de  los países europeos por los daños de la guerra y la celebración del tratado de paz con España, el 12 de junio de 1883.

Por otra parte, también en materias de política externa, fueron importantes los acuerdos de paz con Perú y Bolivia.

A la par de aquellos hechos, se produjo el sometimiento definitivo de los araucanos, en lo que se llamó la pacificación de la Araucanía. Tras la Guerra del Pacífico, las primeras tropas que regresaron a cargo del coronel Gregorio Urrutia sometieron en dos años las fronteras de Curacautín y del alto Bío-Bío. Nuevas poblaciones, como Temuco, Carahue y Nueva Imperial, nacieron de las operaciones militares, y nuevos asentamientos de extranjeros y de nacionales ocuparon los territorios incorporados a la república. Con ello, las primeras líneas férreas fueron las de Angol a Traiguén y de Collipulli a Victoria (1883).

Luego de esta acción, la Araucanía quedó incorporada a la vida civilizada, después de una lucha que, con raros intervalos, se había prolongado por tres siglos y medio.

Santa María hizo grandes esfuerzos en materia educacional, obteniendo varios logros. Al igual que el presidente Montt, hizo de la instrucción primaria el objetivo de su atención preferente.

El  4 de febrero de 1884, un decreto comisionó al educador José Abelardo Núñez a dirigirse a Europa a contratar profesores para las escuelas normales, comprar material para la en­señanza primaria y colocar en establecimientos especiales a los profesores y alumnos nor­malistas que irían a perfeccionar sus estudios.

En 1885, la escuela Normal de Preceptoras de Chillán se trasladó a Santiago, luego que por falta de local no había podido funcionar.

En abril de 1886, se dictó el decreto que regulaba el funcionamiento de escuelas talleres. En Tacna, Rengo, Ovalle e Iquique se crearon liceos de enseñanza secundaria.

Se reorganizó la Escuela de Artes y Oficios que había pasado por largos períodos de abandono.

Un aporte para los estudios de la historia del país fue la dictación de un decreto, en septiembre de 1884, que nombró a José Toribio Medina como secretario de la legación de Chile en España, a fin de reunir la colección de copias de documentos para la historia de Chile, que luego puso a disposición de Crescente Errázuriz y de otros historiadores.

Otras reformas

Durante la administración de Santa Maria se aprobaron además las siguientes leyes:

1. Veto presidencial. Se dispuso que toda reforma constitucional que "vetara" el Presidente debía promulgarse sí en ella insistía el Congreso por los dos tercios de cada cámara (1882).

2. Régimen interior. Disminuyen las atribuciones de intendentes y gobernadores (1885).

3. Ley electoral. Extendió el derecho a sufragio a todo chileno de 25 años de edad que supiera leer y escribir, sin necesidad de la renta que la Constitución de 1833 había exigido como condición para ejercer este derecho. La edad se reducía a 21 para los casados. Era el sufragio universal (1884).

A continuación, Ver: Gobierno de José Manuel Balmaceda (1886 - 1891)

Fuentes:

"Diccionario histórico de Chile", Jordi Fuentes y Lía Cortés

"Historia de Chile" , Francisco Galdames y Osvaldo Silva.