Ludwig van Beethoven |
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Compositor alemán, considerado uno de los más grandes de la cultura occidental.
Nació en Bonn el 16 de diciembre de 1770.
Sus primeros brotes de talento musical fueron dirigidos de forma tiránica por la disciplina de su padre, que era tenor en la capilla de la corte.
En 1789 Beethoven comenzó a trabajar como músico de la corte para mantener a su familia. Más tarde, en 1792, marchó a Viena, donde deslumbró a la aristocracia con sus improvisaciones pianísticas, a la vez que llegó a acuerdos bastante beneficiosos con los editores de música de la ciudad.
La fama de Beethoven alcanzó su punto culminante durante estos años, pero la pérdida creciente de la capacidad auditiva que comenzó a notar en 1798, lo hizo aislarse de la sociedad.
Las excentricidades del músico aumentaron a partir del año 1805. Sus conciertos en público eran contados y en el año 1814 ofreció el último.
Toda su fecunda vida creativa la pasó en Viena y sólo abandonó ésta por un corto periodo en 1802, cuando estuvo en una cura de reposo en la localidad de Heiligenstadt, en las afueras de la capital.
Madre de Beethoven, ampliar imagen |
El maestro murió en Viena en 1827.
Se le considera como el último representante de la escuela vienesa clásica, que en lugar de seguir la corriente romántica se dedicó a desarrollar la música que le habían legado Mozart y Haydn.
De su vida privada, se dice que a pesar de los rumores que circulaban entre las personas cercanas a él sobre sus repetidos enamoramientos, Beethoven siempre elegía a mujeres inaccesibles que pertenecían a la aristocracia, estaban casadas, o las dos cosas a la vez.
En la carta dirigida a su 'amada inmortal' (que se supone nunca llegó a enviar y está fechada en el año 1812), expresa sus sentimientos hacia la única mujer que debió corresponderle. El misterio de la identidad de esta mujer se resolvió en 1977, y se trataría de Antonie Brentano, esposa de un mercader de Frankfurt y madre de cuatro hijos. Su sentido ético y el miedo al matrimonio, hicieron que Beethoven huyera de esta relación.
Volviendo al plano creativo, quizás la herencia más notable que Beethoven dejó fue un cambio en el papel del compositor en la sociedad; de ser un artesano que creaba a las órdenes de la Iglesia o de alguna autoridad aristocrática (hecho que Mozart y Haydn tuvieron que aceptar), pasó a ser un artista independiente desde el punto de vista económico gracias a la publicación de sus obras y a sus representaciones, con una motivación creadora íntima, concepto que fue el sello del romanticismo durante el siglo XIX.
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Para la posteridad quedan, además, las distintas versiones artísticas, que aquí mostramos, sobre la apariencia física del genio.
Sus obras
De su primera etapa creativa, hasta 1800, datan sus dos primeros conciertos para piano (1784 y 1795), los Cuartetos de cuerdas Opus 18 (1798-1800) y las diez primeras sonatas para piano (entre ellas, la célebre Número 8, "Patética").
El final de esta etapa coincide con la aparición de los primeros síntomas de sordera, y con ello la aparición de una personalidad depresiva.
Pese a todo, y sobreponiéndose a la adversidad, compone, entre 1802 1814, en su segunda etapa creativa, numerosas obras como la Sinfonía Nº 3 "Heroica" (1805), Sinfonía Nº 5 (1808) y Sinfonía Nº 6 "Pastoral" (1809).
Además, ven la luz obras como Concierto para violín (1806), tres Cuartetos de cuerdas "Rassumovsky (1805-1806) y su única obra operística: "Fidelio".
Hacia 1815 la sordera de Beethoven era total, por ello abandonó su veta interpretativa pero no dejó de componer. De esta última etapa son frutos la Sonata para piano Opus 106 "Hammerklavier" (1817-1818); varios cuartetos para cuerda, como la Gran fuga Opus 133 (1825-1826); la gran Misa solemnis (1819-1823), obras grandiosas como la Sinfonía Nº 9 "Coral" (1822-1824), primera sinfonía que, en su último movimiento, incorpora la voz humana.