Rafael Alberti

Rafael Alberti es uno de los cuatro grandes poetas que aparecen en España después de la renovación que Rubén Darío significó en la poesía castellana. Estos cuatro poetas fueron andaluces: Antonio Machado nació en Sevilla; Federico García Lorca, en Granada; Juan Ramón Jiménez, en Huelva, y Rafael Alberti, en Cádiz.

"Mi abuelo era florentino, y mi abuela, andaluza como yo", dijo el poeta de los ángeles y de la calle, explicando su apellido y la sangre de su antepasado italiano que le definió el color azul de sus ojos y el perfil de medalla.

Nació el 16 de diciembre de 1902, en el puerto gaditano de Santa María, pero su propia poesía habla de él más que esta fecha escueta, al explicar que nació "con el cine, bajo una red de cables y aviones, cuando abolidas fueron las carrozas de los reyes y al auto subió el Papa".

La etapa de su infancia en rebeldía contra una familia burguesa, compuesta por seis hermanos —tres hombres y tres mujeres— está narrada en su novela "La Arboleda Perdida".

El año "1902 fue de gran agitación entre las masas campesinas de toda Andalucía, año preparatorio de posteriores levantamientos revolucionarios", escribió Alberti buscándole una significación social al año en que vio la luz.

Vista parcial de Cádiz

El paisaje de su Santa María natal, paisaje de mar y de blancas casas de pescadores, asomó en sus primeras poesías y persiste a lo largo de toda su obra. De niño, el mar era su escapatoria a la tiranía de una familia de "grandes burgueses".

Al mismo tiempo que el mar, lo fascinaban los aeroplanos, que incorporó un mundo fantástico en el que dejaba a su imaginación cabalgar sobre nubes con ángeles e hidroplanos o sumergirse en un mar con sirenas y marinos. Su primer libro de poemas se tituló "Marinero en Tierra" (1920).

Sin embargo, Alberti fue, según propia confesión, "revolucionario antes que poeta". "Como casi todos los revolucionarios me eduqué en un colegio jesuita. Allí se me vino abajo el cielo. Apenas pude, me uní a las luchas estudiantiles contra la dictadura de Primo de Rivera. Me inicié en el arte como pintor, pero pronto me di cuenta de que la pintura no era mi medio de expresión. A los veinte años, y un poco tarde para un poeta, encontré la poesía".

A pesar de ello, en "Marinero en Tierra", que le mereció el Premio Nacional de Literatura (1924–1925), no hay ni conflictos humanos ni problemas sociales, sino modos, fantasías, melodías, expresadas en seguidillas andaluzas que emplea con esa intrincada simplicidad que antes habían cultivado Garcilaso y Góngora.

Por aquellos años, Alberti formaba parte del grupo vanguardista de la Residencia de Estudiantes de Madrid, con García Lorca y Salvador Dalí. Era la época de las luchas contra la monarquía.

A su primer libro, siguieron "La Amante" (1926), itinerario lírico de un viaje a la costa de España en que persiste la obsesión marinera; "El Alba de Alhelí" (1927), con motivos taurinos y otros del populismo andaluz mezclados con pinceladas humorísticas, y "Cal y Canto" (1929), que coincide con el centenaro de Góngora.

En "Sobre los Angeles" (1929), considerado como el libro fundamental de Rafael Alberti, la rebelión contra el cielo dogmático de sus maestros jesuitas alcanza su culminación humana y poética. Sus ángeles son ángeles fuera del paraíso, ángeles sin Dios, sin suerte, desengañados, rabiosos, crueles, tiznados, envidiosos, avaros, infieles y sonámbulos.

En "Sermones y Moradas", su siguiente obra, se acentúa el alejamiento del modo artificioso popular, para dar paso a un mayor simbolismo.

Las inclinaciones políticas de Alberti lo llevan a estrenar su primera obra teatral: "Fermín y Galán" en medio de protestas y del consiguiente escándalo.

En 1929 conoció a la escritora María Teresa León, nacida en Logroño y sobrina, por parte de su padre, de don Ramón Menéndez Pidal. Desde entonces, ella estuvo siempre a su lado. Rafael Alberti tenía una estampa recia, ademán firme y un rostro de facciones claras y francas. Más que latinos María Teresa y él parecían nórdicos.

Con los auspicios del Centro de Estudios Históricos, ambos fueron a Alemania a estudiar teatro. De regreso a España, fundan la revista "Octubre" y empiezan una etapa de vagabundaje por el mundo.

Viajan a Rusia, Turquía, Grecia, Italia, Estados Unidos, Cuba, México y Francia. Vueltos a su patria, participan en la Guerra Civil y abandonan Madrid en un avión cuando las fuerzas franquistas entraban en las calles de la capital. Era 1939 y los Alberti emigran a la Argentina.

Lejos de su país, el paisaje de su infancia retorna a la poesía de Alberti, pero con un sentido más profundo, más serio. La vida y la muerte ya no son únicamente problemas intelectuales, sino que tienen en su libro "Entre el Clavel y la Espada", una proximidad dolorosa, acentuada por la indiferencia o dureza de las tierras ajenas.

Después de "Entre el Clavel y la Espada", Alberti publicó: "¡Eh, los toros!" (1942), "Romancero General de la Guerra española" (1943), "De un Momento a Otro", "Imagen Primera de. . ." (1945), "Cantata de la línea y del color" y "A la Pintura" (1948).

Entre sus títulos de teatro figuran: "El hombre Deshabitado"; "Costa Azul de la Muerte", "El Trébol Florido" (1940), "El Adefesio" y "La Gallarda". En compañía de María Teresa realizó varios guiones cinematográficos; entre ellos: "Los ojos más bellos del mundo", "La Dama Duente" y "El Último Amor de Adolfo Becquer".

En 1984 obtuvo el Premio Cervantes.

El 27 de octubre de 1999, cumplidos ya 96 años, falleció Rafael Alberti.

Ver en Internet, poesía infantil de Alberti:

http://www.poesia-infantil.com/alberti.html