Parménides |
Poeta y filósofo griego. Principal representante de la filosofía Eliática.
Parménides nació hacia el año 540 antes de Cristo, en Elea o Velia, una colonia griega situada en la costa de Campania, al sur de Paestum, en Italia.
Proveniente de una familia acaudalada y nobiliaria, fue discípulo de Jenófanes, participando activamente en los asuntos políticos de su ciudad.
Los ciudadanos estaban de acuerdo con la legislación propuesta por Parménides, a quien le atribuían la prosperidad y abundancia de la ciudad. También admiraban su vida ejemplar. De hecho, existía un dicho griego, “la vida parmenidiana”, que ejemplificaba su estilo de vida entre los griegos.
Al parecer, también fue discípulo del pitagórico Aminias, lo cual puede ser cierto debido a que Elea no dista mucho de Crotona. Aminias sería quien le convirtió hacia la especulación filosófica.
Se dice que fue pitagórico y que abandonó dicha escuela para fundar la suya propia (Escuela de Elea), con claros elementos antipitagóricos.
Obra
La obra de Parménides consistía en un Poema escrito en versos hexámetros (como Empédocles). Su lenguaje, además de poético, es con frecuencia muy oscuro. Gracias a Simplicio, conocedor de que, ya en su época, la obra original era raro encontrarla, transcribió en sus “Comentarios a Aristóteles” extensas secciones del poema. Además, lo reescribieron Sexto Empírico, o Clemente de Alejandría, conservándose en la actualidad 154 versos de su obra. Esto permite poseer hoy una proporción mayor de sus escritos que de cualquier otro de los filósofos presocráticos.
En dicho poema, luego de un proemio de carácter religioso, en el cual el autor realiza una serie de invocaciones para conseguir el favor de una diosa no identificada con el objetivo de poder acceder al verdadero conocimiento, Parménides nos expone su doctrina: la afirmación del ser y el rechazo del devenir, del cambio. El ser es uno, y la afirmación de la multiplicidad que implica el devenir, y el devenir mismo, no pasan de ser meras ilusiones.
Los fragmentos conservados del poema permiten deducir que constaba de tres partes: una introducción, o proemio como dijimos, de carácter religioso y alegórico; una sección, llamada “vía de la verdad”, donde se expone la doctrina de la realidad, del ente único e inmóvil; y una tercera parte, llamada “vía de la opinión”, que ofrece una cosmología de tipo tradicional, donde se narra el origen y constitución del universo, y las variables opiniones de los mortales.
1.- Proemio: En el Proemio Parménides describe su tránsito desde la oscuridad (el error) hasta la verdad (luz). Para describirlo acudió a la forma alegórica de la literatura oracular y mistérica (Diels). Al mismo tiempo pretendió que el Proemio tuviera la importancia y seriedad de una revelación religiosa (Bowra) ya que deseaba prepararse de antemano para hacer frente a sus posibles críticos que, sin duda, deberían ser sus compañeros pitagóricos.
En este punto es importante hacer un inciso para señalar lo siguiente: tradicionalmente se estudia a Parménides situándolo siempre en oposición a Heráclito; frente al defensor de la tesis de que todo fluye (Heráclito) se situaría su oponente que niega el movimiento para afirmar que la realidad es una, estable y permanente (Parménides).
Es cierto que existe oposición entre sus formas de pensar; lo que sucede es que se particulariza en exclusivo tal relación hablando muy poco de la que existió entre Parménides y los Pitagóricos cuando ésta fue mucho más intensa de lo que se nos quiere hacer ver. Sólo bastaría con señalar que su maestro y el que le despertó el interés por la reflexión filosófica fue Aminias (pitagórico).
En el Proemio se dice también que Parménides era un kouré (joven) ya que la diosa se dirige a él llamándole así. Esto permite poder datar, de forma aproximada, su obra. Si suponemos que podría tener 25-30 años, entonces se podría datar la obra hacia el 490-475 antes de Cristo.
Otro punto importante, presente en el Proemio, se refiere a la frase Verdad bien redonda (alezeies eukukléos ). Se da a la verdad esta calificación porque en cualquier parte que se inicie el encadenamiento de su razonar se le puede seguir circularmente, pasando sucesivamente por cada uno de sus eslabones, hasta llegar al punto de partida.
VÍA DE LA VERDAD: Según Diels poseemos de este capítulo las 9 décimas partes del total. En ella, Parménides ofrece una ejercitación sin precedentes de la deducción lógica: partiendo de la premisa esti (existe) —de un modo similar a Descartes con el cojito— llega Parménides, mediante el uso exclusivo de la razón y sin ayuda de los sentidos, a deducir todo lo que podemos conocer sobre la realidad (ser), para acabar por negarle a los sentidos validez alguna de veracidad, o, lo que es lo mismo, negar que lo percibido por los sentidos haya de ser considerado como lo real.
VÍA DE LA OPINIÓN: En este apartado, y de forma inesperada, Parménides, reintroduce el mundo de las apariencias (sentidos) que con tanta vehemencia había destruido en la Vía de la verdad. Además, por los escasos fragmentos de los que disponemos, parece que Parménides habría elaborado, en esta parte, una cosmogonía de tipo tradicional.
La relación existente entre estas dos partes (vía verdad - vía opinión) no están muy claras, lo que ha llevado a los especialistas a realizar valoraciones muy diferentes. De todas formas, lo que es evidente es que lo que hizo de Parménides un filósofo, con una gran influencia entre los presocráticos, fue la Vía de la verdad, mientras que la Vía de la opinión ejerció muy escasa influencia entre sus sucesores.
La importancia filosófica de Parménides es enorme. El descubrimiento del ser como objetivo fundamental del pensamiento marca un hito en la historia, inaugura una nueva manera de filosofar. Según Ferrater Mora, la filosofía de Parménides representa “una de las pocas posiciones metafísicas radicales que se han dado en la historia del pensamiento filosófico de Occidente”.
Por otra parte, la obra de Parménides divide la filosofía de la naturaleza presocrática en dos períodos bien definidos: el de los sistemas monistas anteriores a él, y el de los sistemas pluralistas posteriores a él.
Se suele presentar la filosofía de Parménides en oposición a la de Heráclito: para éste, todo fluye, todo está en movimiento permanente, de modo que, parafraseando su conocido fragmento, nadie puede bañarse dos veces en el mismo río; para Parménides, por el contrario, todo está en reposo, el ser es inmóvil e inmutable. Ambos, sin embargo, coinciden, en que la razón, y no los sentidos, es la fuente del conocimiento verdadero.
Fuentes Internet y más información:
http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/personajes/4319.htm