Ignacio de Loyola |
Sacerdote español que fundó la orden religiosa de la Iglesia católica llamada Compañía de Jesús , más conocida por el nombre de jesuitas, durante la Contrarreforma.
Ignacio de Loyola ( Íñigo de Óñez y Loyola , a veces llamado por error Íñigo López de Recalde ), de noble familia vasca, nació en el castillo ancestral que su familia tenía en Azpeitia Guipúzcoa), en 1491. Cuando era joven fue paje en la corte de Fernando, el Católico .
Hizo la milicia a las órdenes de Antonio Manrique de Lara, duque de Nájera (era un apasionado guerrero que había destinado su vida a ganar gloria en batallas militares). Participó en la represión de la revuelta de las Comunidades, resultando herido en una pierna con una bala de cañón que se la destruyó, en 1521, durante la defensa de Pamplona ante los ataques franceses. Durante su convalescencia, leyó varios libros religiosos, tales como la vida de Jesús y la de los santos, que lo llevaron a consagrarse a la vida espiritual.
Estas lecturas le abrieron los ojos para dedicarse a una nueva misión que duraría todo el resto de su vida: decidió convertirse en un soldado de Cristo e imitar a los santos en el servicio de la Iglesia. Después de hacer confesión en el monasterio de Montserrat, en 1522, se retiró a una cueva cerca de Manresa (en algunos textos se cita a Manresa como un convento), donde vivió y rezó durante diez meses (algunos libros señalan que fueron doce meses) con una gran austeridad. Durante este tiempo se dedicó a la oración, la meditación y la penitencia, tras lo cual emprendió un viaje de peregrinación a Jerusalén.
Durante el tiempo que transcurrió en Manresa, Ignacio de Loyola revisó su alma y se convenció de que tenía una importante misión que realizar, teniendo la seguridad de que Dios lo guiaría en su nuevo camino.
Después de peregrinar a Tierra Santa, Ignacio de Loyola se dio cuenta de que sus conocimientos no eran suficientes. Regresó en 1524 a España donde, a pesar de su edad (tenía más de 31 años), decidió inscribirse en un colegio de Barcelona, donde aprendió gramática latina junto al resto de los escolares. Más tarde se dedicó a estudiar durante diez años en diferentes universidades: en Barcelona, Alcalá de Henares y Salamanca.
En 1528 se dirigió a París, en cuya universidad se licenció en artes. Allí halló a un primer grupo de fieles seguidores. En 1534, junto a seis compañeros hizo un juramento en la pequeña capilla de Saint Denis, en el que se comprometieron a la pobreza y al celibato. Esta fraternidad piadosa, más tarde, terminaría por convertirse en la Compañía de Jesús .
En 1537 los miembros de la fraternidad se dirigieron a Roma, donde Loyola fue ordenado sacerdote (1538), y recibieron el permiso oral del papa Pablo III quien emitió la confirmación oficial de la orden en 1540. Por la bula Mare magnum, la Compañía fue declarada exenta de jurisdicción episcopal, de tributación y de tener a su cuidado la dirección espiritual de religiosas.
Un año después, Loyola fue elegido primer general de la orden y, además de administrar los asuntos de la Compañía, se dedicó a completar la redacción de sus "Ejercicios espirituales". Libro destinado a alcanzar la disciplina personal, el cual contenía indicaciones para las meditaciones necesarias sobre el sentido de la vida y sobre el perfeccionamiento de una forma de vivir, enseñaba como dominar la voluntad y los sentimientos y como someter los deseos del cuerpo a las necesidades espirituales; estaba dividida en cuatro períodos o semanas.
También escribió las "Constituciones de la orden", las que fueron terminadas después de su muerte, el 31 de julio de 1556 (nunca han sido modificadas). En Roma fundó los colegios Romano y Germánico.
San Ignacio organizó su orden como un disciplinado ejército. La Compañía de Jesús (los jesuitas) se consideraban a sí mismos como soldados de Cristo , ya que combatían por la "mayor gloria de Dios". Ellos se destacaban por su absoluta obediencia a sus superiores, especialmente al Papa.
Ignacio de Loyola fue canonizado por el papa Gregorio XV en 1622. Su obra "Ejercicios espirituales", ha servido como modelo para la mayoría de las misiones y retiros católicos. San Ignacio Escribió en dicho libro:
"Para estar bien seguros, debemos sostener lo siguiente: lo que ante mis ojos aparece como blanco, debo considerarlo negro, si la jerarquía de la Iglesia lo considera así"; esta frase expresa una regla ignaciana.
Su festividad se conmemora el 31 de julio.
Fuentes:
Historia y Geografía 7º básico. Editorial Universitaria
Enciclopedia Encarta ´99