Leopoldo I, de Habsburgo |
Leopoldo I, de Habsburgo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, rey de Hungría y Bohemia, archiduque de Austria , nació en Viena el 9 de junio de 1640 y falleció en la misma ciudad el 5 de mayo de 1705.
Hijo del rey de Bohemia, Fernando III , y de la primera esposa de éste, María Ana de España , hija del rey Felipe III de España.
Leopoldo, "boca de camello" para sus enemigos. |
Leopoldo, este rey múltiple, sufría de una enfermedad congénita caracterizada por tener el labio inferior ligeramente caído, lo que bastó para que sus enemigos y detractores le apodaran "Leopoldo, boca de camello".
Leopoldo y los jesuitas
Sus reales progenitores habían decidido para él una futura vida eclesiástica y entregaron su educación a los jesuitas, pero la muerte de su hermano mayor, Fernando IV (1654), que ya había sido coronado rey de Bohemia, trastrocó estos planes y Leopoldo se convirtió en príncipe heredero.
En tres años consecutivos recibió las coronas de Hungría (1655), de Bohemia (1656) y se convirtió en jefe de la casa de Habsburgo, tras la muerte de su padre, Fernando III (1657). Un año después, en 1658, fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico .
La educación e influencia recibida de los jesuitas marcó a Leopoldo durante toda su vida. Así, junto con ser una persona profundamente religiosa y devota, el monarca era experto en teología, metafísica, jurisprudencia y ciencias en general, y manifestó enorme interés por la astrología y la alquimia, pero –según los historiadores–, “los jesuitas le habían enseñado todo, menos el arte de gobernar”.
Respecto a este lazo, el clérigo, político e intelectual peruano Francisco de Paula González Vigil, en su libro “Los jesuitas: presentados en cuadros históricos sobre las…”, escribió:
“Leopoldo I, nieto de Fernando II, tuvo por preceptor al padre jesuita Neidhard , llamado por los historiadores Nitardi , a quien la hermana de su discípulo llevó más tarde a España, donde fue inquisidor mayor. El niño se ocupaba de limpiar santos y hacer altares, y ejerció después humildemente el poder soberano a placer de sus maestros. Los jesuitas tenían en él un príncipe según su corazón. Todas las mañanas oía tres misas. Un día, en que acababa de sentarse a comer, cayó un rayo en el cuarto, y cuando los demás corrían y se agitaban, dijo Leopoldo con frialdad: "pues que Dios nos da una señal tan clara, de que este momento sería más a propósito para el ayuno y la oración, que para los placeres de la mesa, llevad los platos.”
El padre jesuita Juan Everardo Nithard, para algunos Neidhard o Nitardi, más tarde Inquisidor Mayor en España. |
Sobre la influencia política que los jesuitas ejercieron sobre el soberano, el mismo autor anota:
“La nobleza de corte y los jesuitas reinaban bajo su nombre, y despachaban todos los negocios. Los confesores del príncipe, Muller y Bocabella, ayudados en Viena por doscientos cincuenta jesuitas, ejercían una influencia aún más formidable. La acción política del emperador se limitaba en gran parte a firmar lo que se presentaba redactado. No leía sino un pequeño número y corregía alguna frase irregular: rubricaba lo demás como una máquina”.
Matrimonios e hijos
Circunstancias de la vida, dos veces viudo, lo llevaron a casarse en tres ocasiones.
Su primera esposa, Margarita de España. |
En 1666 se casó con Margarita Teresa de España (1651-1673), una prima, pues era hija de su tío materno, el rey Felipe IV de España y de Mariana de Austria .
Margarita y Leopoldo I fueron padres de cuatro hijos: Fernando Wenceslao, María Antonia de Austria, Juan Leopoldo y María Ana Antonia.
Tras la temprana muerte de Margarita se casó en segundas nupcias con Claudia Felicidad del Tirol (1653-1676) en el año 1674.
Claudia era hija del conde Fernando Carlos del Tirol y de Ana de Médicis y nieta del conde Leopoldo V .
De este segundo matrimonio nacieron María Ana Sofía y María Josefa Clementina.
Por último, luego de enviudar nuevamente, se casó con Leonor Magdalena de Palatinado-Neoburgo (1655-1720) en 1676.
Fueron padres de diez hijos: José I, quien le sucedió en el trono; Cristina, María Isabel, Leopoldo José, María Ana, María Teresa, Carlos VI (sucesor de su hermano José I), María Josefa, María Magdalena y María Margarita.
Un emperador dedicado al arte
Teatro de la ópera en Viena. |
Fue conocido como un emperador más interesado por la música, las celebraciones públicas y la cacería, que por la política, rasgos que seguramente heredó de su padre, quien fue poeta y compositor apreciado en Italia, y autor, al menos, de una ópera y diversas obras religiosas.
En efecto, se suele decir que Leopoldo nació para la música e, incluso, que llegó a componer algunas obras. El idioma que habló en su corte fue el italiano; el emperador no dominaba el alemán ni el checo.
Precisamente, el idioma italiano acercó a Leopoldo hacia las artes operísticas. A través de Italia la ópera italiana había ido penetrando en Alemania y Austria. Primero el rey Fernando III y luego el propio Leopoldo I acogieron la ópera con entusiasmo y la hicieron arraigar en la corte imperial vienesa.
Lo cierto es que amaba todas las manifestaciones del arte y la cultura. Debido a su amor por la literatura llegó a reunir una nutrida colección de libros y su anhelo era conservarlos, junto a muchos otros, en un recinto adecuado.
El sueño de Leopoldo: la Biblioteca Nacional. |
Con el tiempo ese recinto vio la luz y se plasmó en lo que hoy es la Biblioteca Nacional de Austria .
La biblioteca nacional de Austria, heredera de la Hofbibliothek, la antigua biblioteca imperial de los Habsburgo, es considerada como la gran biblioteca civil construida en el continente europeo y una obra maestra absoluta de la arquitectura barroca austriaca.
Aunque fue el emperador Carlos VI quien, en 1723, inició la construcción de esta joya arquitectónica del barroco, para utilizarla como biblioteca de la corte, el proyecto original fue desarrollado por Leopoldo I hacia 1681 pero quedó aplazado por el segundo sitio de los turcos a la capital del Imperio.
Sólo entre 1711 y 1740 los Habsburgo se tomaron en serio el destino de la biblioteca de un Estado que se había transformado en una de las mayores potencias mundiales. El edificio barroco fue construido entre 1723 y 1726.
Un gobierno obligado a mantener guerras
Fernando III, de Bohemia, el padre de Leopoldo I. |
No obstante su gran interés por lo artístico, el gobierno de Leopoldo se caracterizó en materia exterior por contrapesar la preponderancia política de la Francia de Luis XIV (su primo hermano por vía femenina) en Europa y por rechazar por el este la amenaza del Imperio otomano .
En lo que atañe al gobierno interior fomentó el catolicismo , siendo, al igual que su padre, tolerante con el protestantismo .
La primera guerra con Francia acabó con el Tratado de Nimega (1679) que aumentaba el poder de Luis XIV . Más tarde, se unió a la Liga de Augsburgo y a la Gran Alianza en contra de Francia.
La guerra llegó a su fin con la Paz de Ryswick (1697), aunque cuatro años después, volvía a enfrentarse a Francia en la guerra de Sucesión española (1701-1714), ya que reivindicaba el trono hispano para su tercer hijo varón, Carlos , fruto de su matrimonio (el tercero) con Leonor Magdalena de Palatinado-Neoburgo .
El problema turco
La primera contienda contra los turcos acabó con el acuerdo de 1664, el cual no impidió que los turcos sitiaran Viena en 1683, donde fueron derrotados por un ejército cristiano coaligado (formado por austriacos, bávaros, sajones y polacos), al mando del rey polaco Juan III Sobieski y del duque Carlos V de Lorena .
Más tarde, en 1697, el príncipe Eugenio Francisco de Saboya acabó con los turcos en Senta y el Tratado de Karlowitz (1699) reconoció el control de los Habsburgo sobre casi toda Hungría, con la excepción del Principado de Transilvania, tomado en 1690 por ejércitos germanos.
Leonor Magadalena de Palatinado-Neoburgo, la tercera esposa de Leopoldo I. |
Ese mismo año, 1690, fue promulgado el Diploma Leopoldinum , que definía la nueva situación político-jurídica de Transilvania, declarando que era parte del Sacro Imperio Romano Germánico y debía pagar un alto impuesto. Igualmente Leopoldo permitió que en ese mismo año el noble húngaro Miguel Apafi II fuese electo Príncipe tras la muerte de su padre, continuando brevemente a la cabeza del Estado transilvano.
El rey Leopoldo de Hungría trajo hábilmente a su corte en Viena al joven príncipe húngaro Miguel Apafi II, y en 1701 le otorgó el título de Príncipe Imperial Germánico y lo alentó a renunciar oficialmente al trono transilvano. De esta manera el control absoluto sobre los territorios húngaros pasó a manos de Leopoldo, sin existir ninguna figura noble que se opusiese frontalmente.
Crisis imperial
Este continuo estado de guerras del Imperio y los astronómicos gastos de la ostentosa corte de Leopoldo I dejaron agotadas las arcas de la monarquía Habsburgo, que entró en un periodo de crisis crónica. Para combatirla, desde Viena se aumentaron los impuestos ya existentes y se crearon nuevas tasas, que recayeron de manera desigual en los países de la Corona Checa, y en mayor medida en Bohemia. Bohemia quedó relegada al plano de provincia con la preferencia que se comenzó a dar a los territorios austriacos.
Además, continuó el proceso de recatolización de la nobleza checa y se produjo un recrudecimiento de las malas condiciones de vida del campesinado, ya miserables de por sí.
Leopoldo I de Habsburgo con traje de teatro. |
Leopoldo I careció de aptitudes para el gobierno, lo cual no le impidió concentrar en sus manos las coronas del Imperio, Bohemia y Hungría. Era vacilante e indeciso, pero lo compensó con una gran capacidad de trabajo.
Fuentes Internet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Leopoldo_I_de_Habsburgo
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=leopoldo-i-emperador-del-sacro-imperio
http://www.radio.cz/es/rubrica/personalidades/leopoldo-i-de-habsburgo