Vicente Huidobro Fernández |
Escritor vanguardista chileno, fundador de su propio movimiento poético y defensor entusiasta de la experimentación artística durante el periodo de entreguerras.
Vicente nació en Santiago, el 10 de enero de 1893. Su madre, escritora, María Luisa Fernández Bascuñan, y su padre Vicente Garcías Huidobro García, eran personas de elevada situación y social y de gran fortuna. Estudió en su ciudad natal, Santiago, en el colegio San Ignacio, y ya desde pequeño mostró un gran talento literario: sus primeros poemas los escribió a los doce años. Siendo aún adolescente, publicó un manifiesto en el que rechazaba toda la poesía anterior a él. A poco de egresar del San Ignacio reaccionaba violentamente contra sus maestros y se apartaba de la religión.
Muy joven se casa con Manuela Portales Bello.
Se trasladó a París, donde pronto entraría en contacto con la literatura de los poetas surrealistas Guillaume Apollinaire y Pierre Reverdy, junto a los cuales fundaría la revista Nord-Sud. Se distanció poco después del surrealismo, al no aceptar la opinión de que el artista es un mero instrumento revelador de su inconsciente. Del mismo modo, rechazó el futurismo al pensar, con cierta razón, que una vez que las masas se hubieran familiarizado con los hallazgos del mundo moderno, los himnos futuristas a la aeronáutica y a los rascacielos, por ejemplo, perderían gran parte de su valor.
Su respuesta a todos estos movimientos de comienzos de nuestro siglo fue el creacionismo, una corriente revolucionaria que situaba al poeta a la altura de un dios, dedicado a crear un nuevo tipo de poesía que compitiera con la naturaleza en lugar de reflejarla. Este concepto constituyó el eje de su obra poética, sembrada de impactantes imágenes, de yuxtaposiciones efectistas y de letras y secuencias de palabras de carácter aleatorio
Algunos de su poemas recuerdan los caligramas de Apollinaire
En 1918, ya en Madrid (España), fundó el grupo creacionista, y su gran habilidad de comunicador contribuyó a extender el entusiasmo por la experimentación en la Europa de entreguerras.
Respecto a sus últimas obras, existen opiniones muy contrapuestas. Así, mientras algunos críticos literarios afirman que se trata simplemente de la producción, muy poco interesante, de un charlatán empeñado en promocionar su imagen, otros, en cambio, encuentran en Huidobro la voz de un poeta serio, capaz de expresarse con viveza, humor y gran inventiva, sobre todo en obras como Altazor o el viaje en paracaídas (1931). No por nada fue retratado por Picasso y Juan Gris.
Para muchos, con Gabriela Mistral y Pablo Neruda, constituye la trinidad de la gran poesía chilena.
Además de poemas, su producción se completó con novelas (Sátiro o el poder de las palabras, 1939), manifiestos, ensayos (Vientos contrarios, 1926) y obras teatrales (Gilles de Raiz, en francés, 1932). Como parte de sus ocurrencias, escribió su propio epitafio: "Abrid esta tumba: al fondo se ve el mar".
Huidobro murió el 2 de febrero de 1948 en Cartagena (Chile), donde hoy se encuentra sepultado, frente al mar.
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