Giotto di Bondone

Pintor y arquitecto, Giotto nació en Vaspignano, en Mugello, en torno al 1267.
Entre los años 1285 y 1295 estaba presente en Asís, en cuya Basílica superior de San Francisco participó con otros artistas, en la decoración de algunos episodios del Antiguo Testamento y de las escenas de Cristo.

En 1296, en la misma Basílica superior, Giotto ejecutó el ciclo de las escenas de San Francisco.

Tras una estancia en Roma en 1300, está documentada su presencia en Florencia y Rímini, donde trabajó en el Templo Malatestiano.

En los años 1303-1310, Giotto estuvo en Padua, donde pintó la Capilla de los Scrovegni.La última gran empresa pictórica de Giotto son los frescos para la decoración de cuatro capillas en Santa Cruz en Florencia. De este ciclo sólo quedan hoy los frescos de la Capilla Bardi, con escenas de San Francisco (hacia 1325) y los de la Capilla Peruzzi, con escenas de San Juan Bautista (1315-1320).

La búsqueda de la naturaleza en la expresión de los personajes, elemento característico de la obra giottesca desde el principio, se acentúa en algunas obras sobre tabla, como el Cristo Crucificado (1296-1300) para la iglesia de Santa María Novella de Florencia y la Virgen en el Trono (1305-1310) para la iglesia de Todos los Santos, también en Florencia.

En 1334 se le dio el cargo de magister et gubernator de la Obra de la catedral de Florencia (suyo es el proyecto del Campanario), junto con el de arquitecto de las murallas y fortificaciones de la ciudad. El interés por la arquitectura maduró en Giotto en la búsqueda del espacio presente desde el comienzo de su obra.

Giotto murió en Florencia en 1337.Giotto es el primer artista que rompe notablemente con el arte Bizantino y se le debe el reconocimiento de la pintura como un arte mayor.

Sus obras se caracterizan por la evidente observación de la naturaleza que precedió su elaboración y, en éste sentido, el pintor contribuye a preparar el espíritu científico del Renacimiento.

De hecho, sus contemporáneos lo llaman el alumno de la Naturaleza.

Las caras y los gestos de sus figuras son naturales y significativos y aún cuando los paisajes siguen mostrando cielos ideales, la naturaleza también es expresiva, asociándose a los sentimientos de los personajes.

El avance más grande de Giotto es su habilidad para producir formas.

Insiste en el peso, la masa y los volúmenes.

Genera un nuevo concepto del espacio.

En todas sus obras, la iluminación, obtenida por medio de un ligero cambio en el color, en la posición de sus caracteres, y en el trato especial de los pliegues, ayuda a modelar las formas.