Bartolomé Díaz |
Los portugueses fueron los descubridores pioneros, a principios del siglo XV, ansiosos por conseguir oro de África y hacer una alianza político-religiosa con el reino cristiano de Etiopía, para acabar con el poderío musulmán en el norte de África.
Uno de esos pioneros fue Bartolomé Díaz, navegante de origen portugués, conocido como el primer explorador europeo en llegar al extremo sur de África.
Se cree que nació en Algarve hacia el 1450. Falleció cerca del cabo de Buena Esperanza, Sudáfrica actual, el 29 de mayo de 1500.
Según los conocimientos de la época se llegaría a Oriente por dos vías: por el Océano Atlántico o rodeando África, aunque se desconocía su dimensión. Los portugueses optaron por la ruta de África.
El iniciador de estas expediciones fue Enrique, el Navegante, príncipe de Portugal, quien fundó en Sagres (1416) la Escuela Náutica, donde sabios y marinos de diferentes nacionalidades preparaban en forma científica viajes de exploración.
Los portugueses perfeccionaron la navegación con el uso del astrolabio , la brújula y otros implementos; también elaboraron mapas más completos de las costas y mares que recorrían. Entre 1414 y 1486, lograron bordear toda la costa occidental de áfrica. Cuando se produjo el bloqueo turco, decidieron hallar la ruta hacia el Lejano Oriente.
En 1453 cae Constantinopla en manos de los musulmanes cerrando a los europeos todo paso al comercio directo con Oriente. Esto da un mayor empuje a los portugueses para lograr la meta de llegar a la India.
En 1486, Bartolomé Díaz tocó el cabo meridional de África, que denominó cabo de Buena Esperanza. Vasco de Gama pasó dicho cabo, bordeó las costas orientales africanas y, atravesando en océano Índico, llego a la India (1498). El propio Bartolomé Díaz descubrió luego la isla de Madagascar, en 1500.
Son los portugueses quienes dan inicio al comercio de esclavos, a todas luces condenable, se trata de un retroceso en la nueva mentalidad humanista del Renacimiento y por supuesto a la cristiana. El Rey de Portugal, Alfonso V, solicita permiso al Papa Nicolás V, quien en 1442 publica una bula en la cual autoriza a someter y esclavizar infieles, paganos y musulmanes. Este comercio les dio el apoyo económico para continuar sus exploraciones.