Carlomagno

Rey de los francos (en francés Chaerlemagne, en latín Carolus Magnus), nace en 742 (según otros en 747 ó 748), muere en Aquisgrán el 28 de enero de 814. (A la derecha, estatuilla ecuestre de Carlomagno).

Hijo primogénito de Pipino, el Breve, y de su esposa Bertrada, al morir su padre (768) compartió la soberanía del imperio franco con su hermano Carlomán, no sin luchas por la partición. Al morir Carlomán (771) tomó posesión de la totalidad de aquellos dominios.

Después de someter a los pueblos de Aquitania, emprendió una serie de campañas: Primero contra los sajones y su caudillo Widokindo (desde 772 hasta 804); luego cruzó los Alpes y conquistó la Lombardía, después de repudiar a la hija de Desiderio, rey de aquel país, recibiendo “la corona de hierro” lombarda (774); en 778 rechazó a los árabes, persiguiéndolos hasta el territorio español y desalojándolos del noreste de la Península (Marca Hispánica), campaña que luego continuó su hijo Luis (Ludovico Pio), y en el año 781 logró la sumisión de los bávaros con su duque Tasilón.

El día de Navidad del año 800 el Papa León III le coronó emperador de Occidente.

Restablecida la unidad política y moral del antiguo imperio que aspiraba a continuar, quiso entonces Carlomagno restaurar la antigua cultura latina, y a este efecto llamó a su corte a Pablo Diácono, a Pedro de Pisa y sobre todo al ingles Alcuino, fundando la escuela Palatina que sirviera de modelo a las escuelas mayores y menores diseminadas  por todo el imperio.  Dividió éste en provincias, que puso bajo el mando y gobierno de condes, cuya gestión estaba fiscalizada por los missi dominici.

Poseía una ilustración muy poco común en su época, y fue gran defensor de los intereses de la Iglesia; sus guerras tuvieron siempre un carácter religioso a la vez que político, y dotó espléndidamente a los obispados  y monasterios.

Con  no menos liberalidad  fomentó el cultivo de las ciencias y las artes, como también la agricultura, industria y comercio, proyectando grandes obras de carácter nacional, entre ellas el canal que había de unir el Rin con el  Danubio y una vía fluvial destinada a comunicar el Occidente con el Oriente.

Se casó cuatro o cinco veces: En el 770 con la princesa lombarda Desiderata a la que, según hemos dicho, repudió; en el 771 con Hildegarda, que le dio cinco hijas y cuatro hijos, entre ellos su sucesor, Ludovico Pío; en el 783, con Fastrada, que le dio dos hijas y en el 796, con Liutgarda. Tuvo además numerosos hijos naturales.

La figura de Carlomagno excitó extraordinariamente la fantasía de los pueblos que fijaron alrededor de ella gran número de leyendas, la más célebre relativa a la derrota de Carlomagno en Roncesvalles, cantada en la Chanson de Roland. En algunas partes se le tributó culto como santo.

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