Federico Assler Brown |
Escultor, nació en Santiago, el 24 de abril de 1929.
En 1954 ingresó a la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso, donde permaneció dos años, para luego dirigir sus pasos a la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar.
Aunque sus primeros trabajos lo destacaron como pintor, su interés por los problemas impuestos por la creación de obras en volumen lo llevó a la escultura a mediados de la década de los sesenta. Junto a Raúl Valdivieso, Sergio Mallol y Sergio Castillo integró la llamada Generación del Cincuenta, grupo de escultores que se caracterizó por la experimentación con nuevas técnicas y materiales como medio de expresión.
Bajo el alero de Raúl Valdivieso, hizo de la escultura su medio artístico.
Assler, junto a una de sus obras. |
Entre 1964 y 1968 fue Secretario ejecutivo del Museo de Arte Contemporáneo, asumiendo luego como Director, cargo desde el cual marcó la actividad cultural con la muestra "De Cezanne a Miró" y la Bienal de Grabado que impulsó.
En 1971 realizó clases de escultura en la Escuela de Artes de la Universidad Católica y al año siguiente, de paisajismo, en la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile.
Desde 1973 y por diez años, residió en España, donde comenzó a desarrollar el ámbito del espacio público con obras emplazadas en Tenerife, Islas Canarias. De regreso en Chile, asume en 1989 como miembro del directorio de la Organización de Escultores. Luego la agrupación cambiaría en 1995 a Sociedad de Escultores de Chile, siendo también designado Assler como su director.
Técnicas de trabajo
Federico Assler realiza esculturas en materiales que en sus inicios eran poco comunes en el área escultórica: madera aglomerada, hormigón armado.
Es, sin embargo, en el ámbito público donde Assler desarrolla mejor su obra: sus totémicas y orgánicas esculturas, sin pedestal, simulan surgir de la tierra misma. La superficie, llena de ricas texturas debido al uso del hormigón, y la composición del volumen, que se expande hacia los dos ejes direccionales formando un rico juego de entrantes y salientes, hacen que sus esculturas inviten al espectador a tocarlas y recorrerlas, sin la distancia que suelen imponer las estatuas sobre sus pedestales.
Es tanto su afán por el contacto con la naturaleza y el público, que Assler llegó a diseñar una serie de juegos infantiles sobre la base de troncos de madera que invitan al desplazamiento corporal, y que se emplazaron en el capitalino cerro San Cristóbal, hacia principios de la década del setenta.
En plumavit , primero dibuja, anota ideas, medidas, y resuelve el tamaño del bloque.
Las primeras esculturas las trabajó en placas de madera de 1,50 por 3,60 metros. Con un sistema de corte especial transformaba estas placas de dos dimensiones en tridimensionales.
Luego dejó este material y la manera de trabajar porque las obras que resultaban del proceso se deterioraban con la lluvia. Entonces usó el hormigón y empezó ahuecando plumavit para luego hacer un molde y trabajar la superficie que le diera la forma a la escultura.
El motivo de su obra es el hombre, la pareja humana, con formas más duras para lo masculino, y más suaves y ondulantes para lo femenino; es la relación de lo femenino con lo masculino. Influye también todo el entorno: las rocas, el río, el cielo, las nubes, los árboles.
En su obra la columna es como el eje central y en muchas de sus columnas hay una columna dentro de otra columna, dentro de otra columna hasta llegar al infinito. Para Assler, la columna es la presencia del hombre en la tierra, es una señal.
Le interesa que la obra escultórica esté en la calle, en una vereda, en un parque, incorporada a la arquitectura, que emerja donde está el hombre, que vaya al encuentro del hombre. No hacer que el hombre vaya al museo a ver una obra escultórica, sino incorporarla en el espacio.
La obra en el exterior siempre está cambiando, ver cómo recibe la luz, cómo se envejece es muy importante.
El 24 de agosto de 2009 fue galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas, reconocimiento que desde 1997 no recaía en un escultor.
Premios y reconocimientos |
Año
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Premio de Adquisición, Salón de Viña del Mar |
1961 |
Premio Gobierno de Córdoba, III Bienal de Americana de Arte de Córdoba, Argentina |
1965 |
Premio Anual de la Crítica |
1969 |
Medalla de Plata, I Certamen de Escultura al Aire Libre, España |
1980 |
Premio de Escultura, Certamen Nacional de Artes Plásticas |
1982 |
Primer Premio, Concurso "Un Monumento para el Edificio Torre Interamericana” |
1989 |
Premio del Instituto Chileno del Cemento y el Hormigón |
1992 |
Premios del Concurso de Escultura para el complejo urbano ‘Ciudad Empresarial’ |
1996
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Premio Nacional de Artes Plásticas |
2009 |
Muestra de su obra
"Grupo escultórico", Tenerife
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"Encuentro"
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