Proporcionalidad de la figura humana

相稱的人

Proportionality of the human

La Razón Áurea

Durante los últimos siglos, creció el mito de que los antiguos griegos estaban sujetos a una proporción numérica específica, esencial para sus ideales de belleza y geometría. Dicha proporción es conocida con los nombres de razón áurea, media áurea, o divina proporción . Aunque recientes investigaciones revelan que no hay ninguna prueba que conecte esta proporción con la estética griega, esta sigue manteniendo un cierto atractivo como modelo de belleza.

El valor numérico de esta razón, que se simboliza normalmente con la letra griega "fi" ( f ), es:

La fama que tiene de estético le viene dada por el rectángulo áureo cuya altura y anchura están en la proporción 1 a f .

Es decir, si siendo su altura a y su anchura b se cumple que

Ver: El número áureo o proporción áurea

En relación al cuerpo humano, los griegos y romanos estudiaron las proporciones que se consideraron armónicas. Leonardo Da Vinci estudió estas proporciones y las plasmó en el dibujo de abajo, titulado "Las proporciones del hombre".

Está basado en las teorías del arquitecto romano Marco Vitruvio sobre la aplicación de la sección áurea al ser humano: la proporción entre la distancia desde la cabeza hasta el ombligo y desde éste hasta los pies, debe ser la misma que la proporción entre la distancia desde el ombligo hasta los pies y desde la cabeza hasta los pies.

El hecho de que este sistema de relaciones armónicas, también conocido como la proporción divina, pudiera trasladarse a la figura humana, tuvo una gran importancia durante el renacimiento.

Este sirvió para ilustrar el libro “La divina proporción” de Luca Pacioli editado en 1509. En él Pacioli propone un hombre perfecto en el que las relaciones entre las distintas partes de su cuerpo sean proporciones áureas. Hacia el año 1850, el alemán Zeysig vuelve a descubrir la proporción áurea, la que había caído en el olvido por espacio de más de dos siglos. El llama a esta proporción áurea con el nombre “Ley de las proporciones”, y declara que se cumple en las proporciones del cuerpo humano, de las especies animales que se distinguen por la elegancia de las formas, en ciertos templos griegos (particularmente el diseñado por Fidias, el Partenón), en botánica y hasta en música.

En las estatuas antiguas y en los hombres perfectamente proporcionados, el ombligo divide su altura total, según la sección áurea. Esta comprobación, que está de acuerdo con los cánones muy estudiados de Durero y de Leonardo, han sido hechas nuevamente en las estatuas griegas de la época de Fidias.

El propio Zeysig efectuó medidas sobre miles de cuerpos humanos y encontró que este canon ideal parece ser la expresión de una ley estadística media para los cuerpos sanamente desarrollados. Encuentra, al operar sobre esta serie de observaciones, que las proporciones del cuerpo masculino oscilan en torno a la razón media:

Por los demás, Zeysig no se limita a la medida de esta razón de h/n en los adultos, sino que también estudia su variación durante el crecimiento. Observa que en los recién nacidos el ombligo divide al cuerpo en dos partes iguales, de modo que la razón h/n tiende gradualmente hacia su valor definitivo.

La relación entre la altura y la distancia del ombligo al suelo es la razón áurea.

En la mano humana, la distancia entre las falanges están en la razón áurea de la longitud del dedo

Ver: Obras representativas de la figura humana

Ver: La figura humana en el tiempo