Tsunamis |
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Los Tsunamis son perturbaciones ocurridas en el mar, producto de un terremoto. Esta perturbación puede ser debida a la propia vibración de las ondas sísmicas, movimientos del fondo marino debidos al desplazamiento de una falla, o a derrumbes submarinos. En estos casos se producen traslaciones de masas de agua y se genera una onda de tsunami que se propaga radialmente en todas direcciones. También puede generarse un tsunami producto del impacto de grandes meteoritos en el océano o erupciones volcánicas y/o explosiones de islas, como ocurrió con el volcán KraKatoa en Indonesia el siglo pasado y el Santorín en la isla de Creta en tiempos históricos En alta mar, estas ondas tienen una altura inferior a una ola de viento, menos de un metro y gran longitud de onda, por lo que pasan desapercibidas. La velocidad de propagación es del orden de los 700 km/h, similar a un jet de aerolínea. Al llegar a la costa, la longitud de onda disminuye, lo mismo que la velocidad, unos 50 km/h. Sin embargo también aumenta la altura. Dependiendo de la topografía y batimetría litoral, el tsunami puede manifestarse como una marea viva, una gigantesca ola a punto de reventar o una gran masa espumosa que avanza sin que nada la detenga. Normalmente la primera manifestación del tsunami es un retroceso del mar de algunas decenas o cientos de metros, y luego de unos 5 a 15 minutos, se produce el estrepitoso avance del mar, que puede penetrar kilómetros de la línea litoral. Las alturas de las ondas pueden ser de medio metro hasta 20 metros sobre la línea de alta marea, dejando la devastación a su paso. Estos tsunamis pueden propagarse por todo el océano y como mejor ejemplo tenemos el del terremoto del 22 de mayo de 1960 en Valdivia, que generó un tsunami que destruyó Corral, Ancud, Queule y Puerto Saavedra, se propagó por todo el Océano Pacífico derribando varios moaís en la Isla de Pascua y dejando gran devastación en Hawaii y Japón. Este tsunami también fue percibido en Canadá y Australia.
De igual modo, en sentido inverso, el 4 de noviembre de 1952, un terremoto y maremoto se generó en la península de Kamchatka en Siberia y el fenómeno se manifestó en las costas chilenas al día siguiente, con mayor intensidad en Talcahuano. La ciudad de Concepción y la Región del Bío-Bío también han sentido los efectos de los tsunamis y el ejemplo más tangible es el traslado de la ciudad de Concepción desde el sitio original de Penco hasta el actual a orillas del río Bío-Bío, lejos del mar, debido a la destrucción provocada por los tsunamis de 1730 y 1751. Los tsunamis que han afectado el litoral de la Región del Bío-Bío han sido generados por grandes terremotos cercanos como en 1570, 1657, 1751 y 1835, pero también por sismos más lejanos como en 1730 y 1960 e incluso han llegado tsunamis desde Siberia, en el otro extremo del planeta. En general, se ha observado que el daño ha sido mayor si el tsunami viene del norte ya que el litoral presenta bahías abiertas en esa dirección como las de Coliumo, San Vicente, Concepción y Golfo de Arauco. En este caso el tsunami hace honor a su nombre ya que es un vocablo japonés que significa ola en la bahía ya que es en Japón donde se han producido los mayores destrozos y su costa es muy similar a la de la región del Bío-Bío, con penínsulas, islas y bahías como Osaka, Tokio y Sanriku. Las bahías favorecen el fenómeno de amplificación en el fondo. Sin embargo, cuando el tsunami viene del sur, como es el caso de los generados por los terremotos de Valdivia de 1575, 1737 y 1837, la onda ha sido refractada por las penínsulas de Arauco, Hualpén, Tumbes y Coliumo, junto a las islas Mocha, Santa María y Quiriquina que desvían la onda de tsunami de modo que los efectos en las bahías en estos casos es más reducido. TSUNAMIS QUE HAN AFECTADO EL LITORAL DE LA REGION DEL BIO-BIO
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