Colonialismo

Definición

Término que viene de su raíz colonia y ésta del latín coloniam . Es la doctrina que tiende a legitimar la dominación política y económica de un territorio o de una nación por el gobierno de un estado extranjero. Suele llamarse así al proceso iniciado en el siglo XV con la conquista, asentamiento y explotación, por parte de Europa, de territorios en América, Oriente y África.

España, Portugal, Inglaterra, Francia y los Países Bajos comenzaron las actividades coloniales. Desde 1880 y hasta principios del siglo XX, la búsqueda de nuevos mercados y materias primas provocó el resurgimiento del colonialismo con la repartición de África entre las grandes potencias europeas, sobre todo Inglaterra y Francia.

Ver: Colonialismo europeo

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Españoles colonizaron América

Consecuencias

Con la colonización, los países europeos aumentaron su riqueza, extrajeron gran cantidad de recursos naturales y de materias primas para sus industrias, pero pagaron sueldos muy bajos a los trabajadores.

Otra consecuencia de la colonización fue la discriminación racial. Cuando los europeos descubrieron África, se acostumbraron a adquirir esclavos baratos que luego vendían a precios altos, especialmente en América, además de que éstos eran tratados como objetos.

Por carecer de armas de la calidad de las europeas, los nativos no pudieron defenderse; entonces los europeos pensaron que, por ser físicamente diferentes a ellos y tener una cultura y forma de vida distintas, eran inferiores. Sin embargo, no existen hombres superiores ni inferiores; todos tienen la misma inteligencia y capacidades, pero éstas se desarrollan de acuerdo con el medio y los recursos económicos que se tengan para vivir.

Con el paso del tiempo, las ideas de libertad surgidas de la Revolución Francesa llegaron al continente americano; así se abolió en América la esclavitud y el comercio de esclavos.

Gracias a sus luchas, los pueblos africanos han logrado independizarse pero la discriminación racial, no obstante sus absurdos argumentos, aún no termina. Algunos grupos humanos siguen despreciando y explotando a otros con este pretexto, por lo que la lucha antirracista continúa en todo el mundo.

Economía siglos XVI

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Educación e ideas nuevas.

En términos generales, puede afirmarse que el conjunto de la población europea aumentó sus efectivos poblacionales entre 1500 y 1600 de 80 millones  a 100 millones de habitantes, es decir, en torno a un veinticinco por ciento.

Las causas fueron diversas: mejora de la coyuntura económica, menor impacto de las epidemias, decrecimiento de los conflictos bélicos, etc.

El aumento poblacional propició también una abundancia de mano de obra, que repercutió en la explotación de nuevos terrenos y en un incremento de la producción agraria. La industria también se vio favorecida con este aumento de la población activa.

El comercio, descubiertos nuevos territorios y mercados, sufre una expansión hasta entonces desconocida. Los intercambios comerciales se intensifican y hacen de la actividad mercantil una de las más pujantes, en especial en zonas como los Países Bajos e Italia.

A Europa acceden productos y bienes hasta entonces inalcanzables, mientras que se exportan manufacturas a los nuevos territorios colonizados. La sociedad estamental tradicional observa la pujanza de un grupo económico privilegiado, enriquecido con las nuevas actividades mercantiles.

La burguesía, esencialmente urbana, mirará con resquemor su alejamiento del poder político y centrará en las ciudades el eje de su actividad, imponiendo nuevos modos y estilos de pensamiento. Nobleza y clero conservarán sus privilegios, mientras que una amplia categoría de desheredados inundará los campos y ciudades y serán caldo de cultivo para la marginación y la rebelión social.

Economía siglos XVII

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Mapa de Europa en el atlas de Mercator.

El siglo XVII es un período afectado por una crisis universal que se extendió a lo económico, lo social, lo político e, incluso, lo espiritual.

La crisis fue, principalmente, el resultado de la agudización de las tensiones estructurales del Antiguo Régimen como consecuencia del impacto de una coyuntura negativa. Ello resulta visible, en primer lugar, en el terreno de la economía.

Los desequilibrios entre población y recursos, propios de la estructura económica de la sociedad preindustrial, se agravaron como efecto de las malas cosechas y de las periódicas crisis famélicas. Por lo demás, el desarrollo capitalista de Europa sufrió una ralentización al descender las remesas de metal precioso importado de América, que habían alimentado la expansión del XVI. La disminución de las importaciones de plata condicionó, a su vez, una bajada de los precios.

Durante esta etapa la economía europea atravesó una crisis general que desembocaría en el arranque del capitalismo industrial durante el siglo XVIII. Las principales evidencias de la crisis del XVII fueron: a) la decadencia o estancamiento de la población, excepto en Holanda, Noruega, Suecia y Suiza; b) la caída de la producción industrial; c) la crisis del comercio exterior e interior.

La crisis no radicó en la guerra, sino en la persistencia de ciertos factores que entorpecieron el desarrollo capitalista en Europa, tales como la estructura feudal-agraria de la sociedad, las dificultades en la conquista y aprovechamiento de los mercados coloniales de ultramar y lo estrecho del mercado interior.

En cualquier caso, la crisis del XVII, a la que hay que contemplar como un momento clave en la evolución del feudalismo al capitalismo, no presentó idénticas características que la crisis del XIV. Si ésta tuvo como consecuencia un reforzamiento de la pequeña producción local, en cambio aquélla indujo una concentración del potencial económico.

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Esclavos baratos de África.

Tal proceso se verificó en el ámbito agrario en la forma de concentración de tierras en manos de terratenientes, y en el ámbito industrial al consolidarse la manufactura dispersa (putting- out system) a expensas de la artesanía gremial. Ambos fenómenos contribuyeron a acelerar el proceso de acumulación capitalista previo a la Revolución Industrial . Sin embargo, el proceso no se verificó en toda Europa de forma general. La crisis del XVII estableció con claridad una división del Continente según el grado de desarrollo económico de las diferentes zonas.

Fue sufrida de forma más aguda por los países mediterráneos, Alemania, Polonia, Dinamarca, ciudades hanseáticas y Austria. Francia se mantuvo en una posición intermedia. Mientras tanto, Holanda, Suecia, Rusia y Suiza tendieron más bien al progreso que al estancamiento. Pero la beneficiaria indiscutible fue Inglaterra, país que salió extraordinariamente reforzado de la crisis debido a que allí primaron los intereses manufactureros respecto a los comerciales y financieros.

La crisis del siglo XVII contribuye a explicar, por tanto, el protagonismo inglés en el desarrollo de la primera revolución industrial durante el siglo XVIII y, en general, la precocidad de Inglaterra en la formación del capitalismo manufacturero.

El elemento central no fue una crisis de producción y/o de mercado, rasgo explicativo predominante en las anteriores versiones, sino una crisis en la distribución de la renta. El papel del Estado, a través de las detracciones fiscales, resulta determinante en esta interpretación, dado que contribuyó a agravar el endeudamiento privado, desequilibró la distribución y forzó la polarización social.

La ruina del pequeño campesinado alimentó un proceso de concentración de la propiedad, mientras que la nobleza, también afectada por la crisis, incrementó la presión señorial y se adueñó de tierras de explotación comunal.

Economía siglos XVIII

El siglo XVIII, llamado de la Razón o de las Luces, es un siglo de equilibrio entre la Tradición y la Revolución, simbolizado por el pensamiento de la Ilustración y las Monarquías del Despotismo Ilustrado. Sólo al final, cuando se rompe el compromiso, desembocaría en el siglo de la Revolución.

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Toma de la Bastilla, hito histórico

Esta centuria supone en su conjunto, la superación de la crisis económica que caracteriza a Europa en el siglo XVII. Entre 1720 y 1780 aproximadamente, la economía europea entra en período de desarrollo. Las causas de esta prosperidad son las siguientes:

· Nueva afluencia de metales preciosos procedentes de América

Desde principios del siglo XVI, las minas de oro y plata americanas se habían agotado; en cambio, a partir de 1720 se descubren nuevas minas de oro, extraordinariamente ricas, en Brasil. Este oro, al llegar  al continente europeo reactiva toda la economía y la marcha de los negocios.

· Mayor prosperidad en la agricultura e industria

El campesinado del siglo XVII recogía muy poca cosecha y, en ella, debía apartar tres porciones: una entregaba a la Iglesia como pago de diezmos; otra entregaba al  noble que era el propietario de la tierra y la tercera parte debía darla al rey como pago de impuestos; lo que le quedaba era mínimo, y estaba destinado al consumo.

Eso significaba que el campesino no podía vender sino sólo consumir lo que producía. De esta forma, apenas tenía ingresos y su nivel de vida era muy bajo.

Esta falta de ingresos se debía al bajo rendimiento de las cosechas: lo normal era que sólo se cosecharan cuatro granos de cereal por cada grano sembrado.

A partir de 1720, la situación cambia: las cosechas comienzan a ser  más abundantes, debido a:

· La introducción de nuevas plantas muy productivas, como el maíz. Procedente de América, lo que permitiría aumentar el número de cabezas de ganado, esto produce más estiércol y conlleva abundantes cosechas. Al mejorar los rendimientos, el campesino puede ahorrar e invertir en  en adquisición de aperos de labranza más moderna y de nuevo revierte en aumento de cosechas.

· El cambio climático, que es más óptimo para la agricultura, a diferencia del siglo XVII, en el que habían sido frecuentes los años consecutivos de sequía.

Por primera vez, en el siglo XVIII, el campesino europeo, después de pagar a la  Iglesia, al noble y al rey, queda con sobrante de dinero, que eleva su nivel de vida. Terminan las grandes hambres, epidemias de peste características del siglo XVII.

El aumento del poder adquisitivo del campesinado posibilitará un mayor consumo e impulsa un desarrollo de la industria textil y del hierro.

Fuentes Internet:

http://www.mdnh.org/diccionario/colonialismo.html

http://thales.cica.es/rd/Recursos/rd99/ed99-0314-01/asp_eco.htm#ASPECTOS%20ECONOMICO-SOCIALES

http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/contextos/1733.htm

http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/contextos/1651.htm

http://www.tareasya.com/noticia.asp?noticia_id=917#resultado

Para ver más:

http://www.geocities.com/SunsetStrip/Studio/2982/colonialismo.html

http://www.tareasya.com/noticia.asp?noticia_id=917

Materias