Cocina

El electrodoméstico que así se denomina, ya sea eléctrica o de gas,es un aparato multiuso utilizado para la cocción de alimentos. Está constituido, en general, por una serie de hornillos eléctricos (las ‘placas’) o de quemadores de gas, o bien por una combinación de ambos en número variable, y por un horno que puede también ser eléctrico o de gas, si bien son frecuentes los hornos provistos de ambos sistemas. En ocasiones, la cocina cuenta con un hueco inferior (llamado calientaplatos) que se utiliza para mantener calientes los platos recién cocinados.

Haciendo un poco de historia, si pensamos en la cocina como el espacio físico donde se preparan los alimentos, la casa, y la civilización misma, nacieron en torno a ella. Ya en el Neolítico, la cocina se reducía a un agujero practicado en el suelo, donde se encendía el fuego. A su alrededor se alineaban los escasos utensilios: asadores de madera dura, varillas de caña para asar pescado, cuencos de piedra, morteros, cuchillos de pedernal y escudillas de madera, conchas de mar o de río utilizadas como rudimentarias cucharas. La vasija de barro empezó a elaborarse siete mil años antes de Cristo.

El uso de aparatos que permitieran cocer los alimentos debe haber comenzado casi en forma simultánea con el descubrimiento del fuego por el hombre.  Se estima que éste empezó a emplearlo hace 1,5 millones de años. Abundan restos de hogares (hornos) en los lugares de habitación del paleolítico medio y superior. En principio fue utilizado probablemente como medio de iluminación, de calefacción y de protección contra animales salvajes, pero con el paso del tiempo el fuego se emplearía también para cocinar alimentos.

Los arqueólogos han desenterrado, en la Turquía asiática, península de Anatolia, una cocina del Neolítico en la que se encuentran piezas de cerámica, entre ellas unos cuencos desmontables, recipientes para el agua, tazas, copas, platos, fuentes, e incluso un curioso calentador de comidas, a modo de infiernillo o cocinilla parecido al fondue.

Grecia y Roma, inventada la cerámica, aplicaron al mundo de la cocina nuevos materiales como el cobre o el hierro, aportaron la botella de vidrio, las jarras de madera y las copas de asta de toro, .amén de la riquísima cerámica decorada. Los griegos incorporaron, además, el invento del asador, y desarrollaron la industria de los utensilios de cocina. La cocina se amplió, convirtiéndose en un espacio grande, origen del salón, siendo hasta el siglo VIII de la era cristiana el centro de la vida familiar.

El asador giratorio fue un aporte medieval, o al menos experimentó un enorme auge en aquella edad, y no abandonó su protagonismo hasta tiempos relativamente recientes, ya que hasta hace doscientos años a nadie se le hubiera ocurrido asar la carne en el horno.  El asador giratorio consistía en un una rueda de madera, dispuesta en forma de noria, a la que se daba vueltas para que la pieza al fuego se asase de manera uniforme. Cuando no era posible atender el artefacto, se introducía un perro en el interior de la rueda, y éste, en su deseo de salir, daba vueltas al artilugio.

Momento importante en la historia de la cocina fue la introducción, en Inglaterra, de la entonces llamada “cocina económica”, una cámara de ladrillo con orificios superficiales sobre los que descansaba la olla, calentada por el fuego que se albergaba debajo de ella. En 1630, el inglés John Sibthrope patentó una versión de la cocina económica, que él hizo de metal, utilizando carbón como fuente de calor, en vez de leña. La idea de un fuego cautivo, como lo llamaron los poetas, no gustó. Mas tarde, el norteamericano-alemán Benjamin Thompson, que se hacía llamar Conde von Rundford, ideó un sistema para calentar comidas más pequeño y manejable: el hervidor de vapor. Pero no consiguió su sueño de convertir el vapor en un medio generalizado de fuente de calor para la cocina. Quien lo conseguiría sería el forjador y herrero George Bodley, quien patentó una cocina de hierro forjado provista con chimenea de escape, prototipo para la cocina del siglo XX.

Paso importante en el avance y perfeccionamiento de la cocina lo dio en el estado norteamericano de Ohio, el clérigo P. P. Stewart, quien en 1834 patentó una “torre de cocinas independientes”, fabricada en hierro, con varias repisas y horno. Funcionaba con leña. Pero tampoco esta cocina parecía terminar con los problemas del ama de casa corriente. Se necesitaba un sistema menos complicado, más limpio, y más barato, y que no ocupase tanto espacio.

Un alemán dio con la clave, al inventar en 1855, para su laboratorio de química, una especie de mechero de gas cuya aplicación a la cocina tuvo gran acogida.  Este invento de R.W. von Bunsen supuso la solución, su energía era limpia, no se requería gran espacio para almacenar combustible, pero entrañaba un peligro: los escapes y explosiones. Sin embargo, hacia 1860 se impuso en los mercados, y la gente perdió el miedo.

Tres décadas después se produciría la innovación más revolucionaria: la cocina eléctrica. Al principio, la poca fiabilidad de los termostatos supuso una dificultad, ya que o bien quemaban la comida, o la dejaban medio cruda. Tenía además el inconveniente de la escasa implantación de la electricidad en las casas, careciendo gran número de ellas de enlaces con la red. Pero ya en 1890 no era difícil encontrar un hogar electrificado. En 1920 la cocina eléctrica se extendió notablemente, pero no había desbancado todavía al gas.

Cocina moderna

El siguiente salto cualitativo, o escalada final en el mundo de la cocina, sería el microondas, comercializado ya en la década iniciada en 1940 por la fabrica estadounidense de electrodomésticos Raytheon Inc.: revolucionario sistema al que se uniría, más, tarde, otro hallazgo extraordinario en el mundo de la cocina: la vitrocerámica, donde basta con dejar los alimentos sobre una superficie calórica para que el aparato haga el resto. La cocina, como artefacto, ganó en adelantos técnicos, rapidez y perfección, pero, como espacio familiar, perdió aquel clima grato y amable de tertulia y sala de reuniones para los seres queridos.

Horno de cocina; Se distinguen, básicamente, tres tipos de estos aparatos. Los hornos de gas van siempre incorporados a la cocina, en tanto que los eléctricos (inventado en 1861 por el británico William Siemens) pueden constituir un aparato autónomo, ya que, al necesitar sólo un cable de conexión a la red eléctrica, son fácilmente trasladables.

Hornos de microondas ; Distintos por su principio de funcionamiento son los hornos de microondas (inventados en 1947 por el norteamericano Percy L. Spencer), que cuecen o calientan los alimentos por medio de radiaciones electromagnéticas de longitud de onda pequeña que provocan una agitación molecular de toda la sustancia sobre la que actúan; por ello, toda la masa se cuece rápida y uniformemente. Algunos hornos de microondas, sin embargo, están provistos también de una resistencia eléctrica que, accionada al terminar la cocción, hace posible dorar la superficie del alimento.

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